
La joyería Simonetta Orsini de Punta del Este es uno de los tantos negocios que cerró sus puertas en los últimos tiempos. Se trata de la sucursal de la firma argentina ubicada en el local de planta baja del edificio Il Campidoglio de la esquina de las calles 20 y 28, pleno centro comercial del balneario. El local, que abría sus puertas durante la temporada de verano, ahora luce vacío con un cartel de alquiler colocado por una inmobiliaria local. No quedan, como ocurría en cada baja temporada, ni las estanterías.
Simonetta Orsini, es una joyería que ofrece conocidas marcas de relojería y alhajas como Cartier, Chopard, Audemars Piguet y Baume & Mercier, entre otras.
La firma llegó al balneario en los años noventa buscando atender a sus clientes argentinos de alto poder adquisitivo. Pero su trayectoria tuvo puntos altos y bajos, muchos de ellos relacionados con robos y presuntos casos de corrupción, como el protagonizado por el juez federal Norberto Oyarbide.
La joyería también fue víctima de una rapiña ocurrida a las 21.57 del sábado 12 de febrero de 2005. Los asaltantes se tomaron algo así como un minuto y medio para apoderarse de un botín consistente en cuatro relojes marca Jaeger Le Coltreau, tres de marca Audemar Piguet, un Chopard para dama y 23 relojes Cartier. Los propietarios de la firma valuaron el botín en unos cien mil dólares.
A los investigadores policiales no les pasó inadvertido que los delincuentes ignoraron otros relojes de mayor valor, así como costosas alhajas exhibidas en la exclusiva joyería esteña.
Anillado
El citado magistrado argentino fue uno de los invitados al lanzamiento de temporada de verano realizado en diciembre de 2011 en el hotel Conrad.
Oyarbide bajó las escaleras que comunican la galería de compras del complejo con el ballroom “Punta del Este” el lugar donde se realizaba, como ocurre siempre, el lanzamiento estival.
El polémico juez federal estaba vestido de frac, una vestimenta inusual en los eventos sociales del balneario. En uno de sus dedos lucía un llamativo anillo que no ocultó ante los presentes. El escándalo estalló esa misma noche.
El anillo, según denunciaron varios abogados y políticos argentinos, costaba casi 250 mil dólares, una versión que el propio Oyarbide hizo circular esa noche del Conrad. En un principio, el magistrado aseguró que había comprado la joya vendiendo una serie de regalos que había recibido a lo largo de su carrera profesional.
Pero esa versión no fue de recibo: fue denunciado por enriquecimiento ilícito. Indagado por otro colega suyo, Oyarbide modificó la historia y aseguró que no había adquirido el anillo exhibido en el recordado sarao del Conrad, sino que se lo había prestado la sucursal esteña de la joyería Simonetta Orsini, la misma que ahora cerró sus puertas. Inclusive entregó al expediente de la causa un recibo emitido por la joyería.
Consignación
El gerente de la sucursal, el argentino Martín De Leeuw, confirmó la versión del magistrado. A tal extremo que aseguró haber dado en consignación el anillo a Oyarbide y que firmaron un documento en la joyería de Punta del Este. El documento en cuestión establecía que si Oyarbide quería comprar el anillo debía pagar 7.500 dólares. Oyarbide entregó la joya al juzgado a cargo de la investigación. Algunos expertos aseguraron que el anillo en poder de la justicia federal argentina no era el mismo que tenía Oyarbide en la fiesta del Conrad. No obstante, el magistrado fue sobreseído.