Grandes titulares, repetidos por medios de prensa con buena o mala intención, anuncian que Uruguay es el país que más gasta en la región, en jubilaciones y pensiones. La información proviene del BID. Creemos que es clara.
No es malo que siendo la Seguridad Social un Derecho Humano Fundamental Uruguay sea el que más gasta en la región en jubilaciones y pensiones, haciéndolo solidariamente redistribuyendo riqueza. Compárese los montos de jubilaciones y pensiones anteriores a 2005 con los actuales. El resultado es ¡incomparable!
El % de gasto social en relación al PBI, es una señal por demás clara en cuanto a políticas redistributivas. Por algo somos referentes en A. Latina al respecto. Si en nuestro país se gasta el 8. 2% de PBI según el BID, cuando el promedio de A. Latina y El Caribe es de 3,1% ¿no será diferente la situación en Seguridad e Inclusión Social en nuestro país, que en el resto de los países mencionados? Dependiendo de cada país y sus políticas, obviamente. Por ejemplo, el gasto actual en nuestro país no es como sucedía años atrás, cuando los jerarcas del BPS tenían 25 pronto despachos a su disposición, y tarjetas de crédito que pagaba, por supuesto, el BPS. Hoy existe transparencia. El gasto va a quien corresponde.
No se puede ignorar lo que significó para la inclusión social en dicho organismo, el “aumento de la formalización” en la última década, con un 67% más de cotizantes en general, y un 100% en la población más joven. Y ello fue producto de políticas planificadas a tales efectos. Por otra parte en nuestro país, el 97.4% de personas adultos mayores de 64 años, está incluida en la Seguridad Social, la mejor cifra de la región. Se gastó, sin duda. Pero los resultados de inclusión social obtenidos ¿no nos demuestran nada?
El informe expresa que Uruguay es país envejecido. Y sí, lo es. Significa adelantos en salud, cuidados en la vida de los ciudadanos, etc. Por supuesto que también constituye un gran desafío para el futuro. Entre otros, es significativo que se está promoviendo y concretando un Sistema Nacional de Cuidados. De igual forma no es casualidad que siga aumentando el número de ingresos de adultos mayores al Sistema Nacional Integrado de Salud. Igualmente pasa con la entrega de las tablet, todo lo cual redunda en mejor calidad de vida.
Mucho se ha hecho respecto de todos estos temas. Mucho queda por hacer.
Por otra parte, recordemos el discurso negativo sobre la alta dependencia del Banco de Previsión Social de los aportes de Rentas Generales. Es decir, la denominada asistencia financiera. En 2004 era el 22.5% que provenía de dicha asistencia. A fines de 2013 era el ¡1.5%!
En lo que tiene que ver con contribuciones obrero-patronales, en 2004 el porcentaje era 53%. Diez años después llega al 72.3%s. Por otra parte, tiene un 97% de inclusión social. ¿Son negativas estas cifras? Juzguen ustedes.
Existen quienes pretenden restringir gastos sociales. Tienen buenos referentes para ello: los neoliberales del mundo, incluido los nuestros, sin duda. Recuerden al Ministro de Economía de Japón que años atrás expresó que la población de mayor edad era un gasto que el país no podía sustentar. Y agregaba que “es mejor que mueran rápido” O el ex Ministro del Interior de Francia, Brice Hortefeux que nos decía que “hay que hacer que las políticas sociales de nuestros países sean menos atractivas para que no vengan”.
La mentalidad precedente sigue vigente. Obsérvese los casos de Grecia, Portugal y España, entre otros, en los que se restringen derechos. La campaña del Lobby del Diario Bild que ante la solicitud de préstamos a la Unión Europea por parte de Grecia, expresó poco tiempo atrás: “Nada de millones suplementarios para los griegos glotones. Si están en quiebra que los griegos vendan sus islas y la Acrópolis también”.
La crisis europea lleva ya varios años, con las característica de cada país, obviamente. Se sostenía que era pasajera. Al menos hasta ahora, no es así. ¿No será de naturaleza estructural? América Latina no es ajena a la situación política mundial, y debe adoptar políticas que no pueden en nada ser similares a las de la Unión Europea, ¡otrora ejemplo para nuestro continente! Recordemos al neoliberalismo en su apogeo. No se les movía un pelo ante las consecuencias. Es que la Seguridad Social era un gasto, por tanto había que restringirla.
¿Está mal entonces el gasto social con destino a la concreción de la vida diaria de la gente, esto es, de los Derechos Humanos? Máxime cuando existe total y alarmante falta de ética de parte de quienes pretenden la reducción de gastos sociales en defensa del capital financiero. ¡Qué razón tazón tenía Mark Twain cuando decía que los capitalistas “son señores que nos prestan un paraguas cuando hay sol y nos lo exigen cuando comienza a llover!”.