Estudio de abogados demandó a la firma Vidaplan Sociedad Anónima

El estudio Galeano Abogados fue durante muchos años el asesor legal de la referida empresa

El juzgado de paz de 3º turno de Maldonado tramita una millonaria demanda interpuesta por el estudio de abogados Galeano contra la firma Vidaplan Sociedad Anónima, propietaria del ex hotel Mantra y concesionaria de la sala de juego del hotel Nogaró.
En la tarde de este miércoles dos reconocidos abogados deberán comparecer como testigos en la sede donde se tramita la demanda por regulación de honorarios. El estudio Galeano Abogados fue durante muchos años el asesor legal de la referida empresa. Con el correr del tiempo la relación se fue deteriorando hasta que la misma estalló en mil pedazos el año pasado. A esta demanda se suma otra iniciada por otro abogado del mismo estudio que reclama otra millonaria suma por honorarios impagos.
Lo curioso de este caso es que los protagonistas del mismo son todos abogados. Para empezar, como corresponde, el propio juez de la causa. Luego vienen los demandantes, todos ellos abogados. El abogado defensor. Y lo más curioso: reconocidos abogados como testigos. De ambas partes. En el medio el tiroteo de la causa donde se aseguran que no aparece alguna documentación requerida por los demandantes.

Un poco de historia
La firma Vidaplan Sociedad Anónima en principio fue propiedad de la empresa petrolera Sonangol de Angola, considerada una de las firmas más corruptas del mundo. En esa oportunidad desembarcó en La Barra con la propuesta de establecer un hotel de la marca CIpriani. Las diferencias con el empresario italiano se hicieron sentir y en poco tiempo más el complejo cambió de nombre: Mantra. Los angoleños se cansaron de poner plata. Para el año 2010 se conoció la propuesta de la Dirección General de Casinos de asociarse con los angoleños para la explotación de la Sala Nogaró. La Dirección General de Casinos, durante le gestión frenteamplista, rompió el largo contrato de alquiler con la familia Sagasti que se remontaba a 1948 para firmar uno nuevo con la empresa Vidaplan SA. A su vez esta le arrendaba la sala a la familia Sagasti. El experimento no duró mucho. Primero la familia Sagasti reclamó una y otra vez el pago de alquileres impagos. Luego, los angoleños se evaporaron y cedieron su parte accionaria a un empresario argentino. También a operadores locales. Con el correr del tiempo desembarcó un empresario italiano del petróleo. Se cansó de poner plata. Su mano derecha cerró la sala de juego y terminó imputado de un delito de justicia por mano propia al no permitir el ingreso al local de empleados de la Dirección General de Casinos del Estado. Por un lado, está el juicio del estudio Galeano. Por otro, el juicio de la familia Sagasti. Por otro, el juicio de los accionistas de Vidaplan SA contra la Dirección General de Casinos por unos veinte millones de dólares. Una de abogados.

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