Como dijo “Pepe”: “La propiedad privada es una gran injusticia.
El mundo, puede decirse sin equivocarnos, es de todos. El que viene al mundo viene con el derecho de poner los pies, en él. Y tal como está organizada la sociedad,
hay muchos que nacen sin tener donde asentar sus pies”.
No, no. El otro Pepe. Don José Batlle y Ordóñez, dijo eso.
Los anarcocapitalistas (que algunos llaman libertarios) consideran que el derecho de propiedad es el único que puede concretar realmente el derecho individual y que la existencia del Estado es contradictoria con la existencia de ambos derechos. Esa mirada desde el capital y su apropiación privada como derecho básico que sustenta toda otra libertad, está en el centro de un debate medular de las sociedades contemporáneas. Esa es ‘la grieta’ por excelencia.
Si la justicia, la solidaridad, la cooperación, no constituyen la base para el efectivo goce de los derechos humanos fundamentales, en la realidad, éstos no tienen chance de verse contemplados. Esa es la esencia del sistema capitalista.
Que no tenga un modelo alternativo para ofrecer, ni demasiado detalle sobre cómo sería una sociedad ideal no significa que deba renunciar a luchar por la superación de este sistema. Por eso dice Eduardo Galeano: “la utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Entonces, ¿para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar”.
Establecido de qué lado de la trinchera estamos, coincido con “…la importancia de las inversiones tempranas (educación, salud, cuidados, entre otras) para el desarrollo infantil. Estas inversiones durante las primeras etapas de la vida de un individuo afectan su bienestar y capacidad de desarrollo pleno en el presente y también tienen efectos duraderos en sus logros futuros, como el nivel educativo alcanzado, los desempeños en el mercado de trabajo o los resultados de comportamiento (consumo de drogas y embarazo no deseado en la adolescencia).”1
Las sociedades actuales que consideramos más avanzadas tienen una baja tasa de natalidad, lo que constituye un desafío importante en términos de futuro. Y la única forma de impedir que nuestro futuro crezca en un contexto desfavorable, críticamente desfavorable, es impedir que los niños sean concebidos, nazcan y crezcan, en esa situación. ¿Cómo soñar con una mejora sustancial de las condiciones materiales de vida de esa parte de la humanidad que nos preocupa hoy, en estas líneas? ¿Existen recursos? ¿Puede la humanidad, llegado al punto actual del desarrollo científico y tecnológico, abordar tamaño desafío?
Oxfam advierte que “Nunca ha existido un sistema socioeconómico completamente igualitario. De hecho, los privilegios y las jerarquías sociales han existido incluso desde las primeras formas de organización social que surgieron en la antigüedad.”2 Pero el ‘siempre fue así’ no implica la imposibilidad de creer en que ‘otro mundo es posible’. Construirlo es otra cosa. Pero, hasta para hacer un cajoncito de madera, primero hay que imaginarlo…
De acuerdo a todo lo anterior, la política económica tiene que ver –como señala Astori- con “los objetivos perseguidos, la estrategia elegida para alcanzarlos y los instrumentos seleccionados para asegurar los resultados buscados.”3
Quien fuera orientador de la política económica en los gobiernos del Frente Amplio advierte que “se optó para alcanzar los objetivos” (…) tres criterios básicos “la inclusión social, la apertura al exterior y la apuesta a la calidad.” En materia de éxitos o fracasos todo es cuestión de grados y de ópticas. La ‘promoción de inversiones’ se llevó a cabo sobre la base de políticas que “han brindado estabilidad institucional y certezas jurídicas.” Muy atrás quedó aquel propósito de modificar la Constitución para permitir y/o facilitar cambios que se consideraban imprescindibles pero que encontraban en la carta magna severas restricciones. El debate sigue abierto.
“La inversión extranjera directa debe ser siempre bienvenida y seguir jugando un rol importante, pero esto no puede ser a cualquier costo. Se debe negociar con inteligencia y con certeza, sabiendo antes a qué se compromete cada parte.” Afirma uno de los nuevos liderazgo de lo que solemos llamar ‘izquierda radical’.”4
Danilo Astori y Fernando Isabella5-6 aportan al esclarecimiento de lo que piensa el ‘equipo económico’ de los gobiernos de izquierda. “… el Frente Amplio no propone la superación del sistema capitalista…” Aunque “los roles que se asignan a las actividades pública y privada” tengan un énfasis notoriamente contradictorio con los del actual gobierno.
Para conversar sobre cambios hay que transparentar cómo definimos y proponemos: Lo público… Lo colectivo… Lo privado… Lo individual…El sector público… El espacio público… “…El Estado como productor de bienes públicos (…) infraestructura básica y servicios fundamentales.” Su papel en la “… conducción, orientación, regulación de la actividad económica”. Hay que atender “El desafío de la complementariedad con el horizonte de la justicia social, la igualdad, la integración de todos/as.” Ambos defienden la necesidad de “Un Estado activo, como regulador, productor y redistribuidor, con énfasis en la igualdad.” “La demanda interna como impulsor central del crecimiento económico, a pesar de la importancia indiscutible del contexto externo…” “Fuerte prioridad e impulso a la inversión productiva pública y privada.” “Cuidado y profundización de la estabilidad macroeconómica.”
Porque “la política economía… interactúa con el mercado y las diferentes formas de organización de la sociedad, complementándolos y regulándolos.”
El Frente avanzó en “redistribución de ingresos… el impulso a la negociación colectiva… proteger el trabajo y la acción sindical y la política de permanente incremento de salarios mínimos…” También en relación a “las herramientas impositivas y fiscales.” Porque “…importa qué impuestos se cobraran y quién los paga… no sólo el gasto público incide en la distribución.” También importa, y mucho el gasto público social “…Educación, salud, políticas sociales, seguridad social.” Y el papel regulador del Estado por ejemplo “la creación del Sistema Nacional Integrado de Salud.”
Se intentó mejorar la gestión, expandir y profundizar la acción del Estado y sus empresas. Con éxitos innegables en aspectos relevantes. Antel por ejemplo desarrolló infraestructura de primera calidad para el servicio de datos o UTE cambiando la matriz energética y asegurando un suministro estable y que cubre prácticamente todo el territorio. Más allá de la necesaria conciencia de lo precario que resulta ese nivel de desarrollo ante la amenaza de desmantelarlo en beneficio de empresas privadas o de reconocer que la gestión de Ancap deja un regusto amargo, el balance es positivo. Aunque de medio camino porque dentro del ‘sistema’ todos los cambios tienen un techo. En muchos casos un techo bajito.
Contrariamente a lo que se dice (y a lo que se cree) “el principal impulsor del crecimiento y la generación de empleo en el período fue la demanda interna. … la relación entre exportaciones y PIB fue decreciente en el período.”
¿Fue demasiado generosa y permisiva la aplicación de la Ley de Promoción de Inversiones, las zonas francas (plantas de celulosa, servicios de exportación), la Ley de Vivienda Promovida? Veremos el saldo que deja el actual gobierno antes de juzgarlo en forma demasiado drástica…
Como señala CEPAL, en la región enfrentamos “problemas estructurales, como la baja productividad, los altos niveles de desigualdad, la exclusión social y la falta de cuidado del medio ambiente. … para superar estos desafíos y realizar los derechos económicos, sociales y culturales de toda la población, la región debe avanzar hacia un círculo virtuoso de desarrollo en el que la diversificación productiva, el cambio estructural progresivo y el impulso ambiental sean acompañados por el desarrollo social inclusivo. En este círculo virtuoso, la creación de trabajo decente va de la mano con el mantenimiento de niveles de inversión social que garanticen el acceso universal a la educación, la salud, los sistemas de protección social, la vivienda y la infraestructura básica (energía, agua potable y saneamiento).” Dentro del sistema capitalista ¿acaso eso es posible?
¿Acaso se puede gobernar para todos? ¿No son contrapuestos e irreconciliables los respectivos intereses?
1 https://ladiaria.com.uy/economia/articulo/2021/8/oh-padre-donde-estas/
2 https://blog.oxfamintermon.org/desigualdad-social-ejemplos-en-la-vida-cotidiana/
3 https://ladiaria.com.uy/economia/articulo/2021/7/las-categorias-de-la-politica-economica-del-fa/
4 https://ladiaria.com.uy/opinion/articulo/2021/7/contrato-de-upm-versus-acuerdo-con-katoen-natie-las-comparaciones-no-eran-tan-odiosas/
5 Danilo Astori. https://ladiaria.com.uy/opinion/articulo/2021/6/apuntes-sobre-la-politica-economica-durante-los-gobiernos-del-frente-amplio/
6 Fernando Isabella. https://ladiaria.com.uy/economia/articulo/2021/6/los-pilares-de-la-politica-economica-del-ciclo-de-izquierda-en-uruguay/
7 CEPAL/ Carlos Maldonado Valera, Simone Cecchini. https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/40155/24/S1801141_es.pdf