El velero Punta del Este que participa de la regata Clipper alrededor del mundo está pasando una mala racha en lo que se refiere a la competencia. Estaba en los primeros puestos en la general al arribar al puerto de Cape Town en Sudáfrica, pero una penalización la hizo bajar una posición. Luego se lastimó una de sus tripulantes, casualmente Sofía Strasser, tripulante local que había ascendido a la nave en Punta del Este. Más tarde, al partir para la pierna 4, la nave chocó con el velero chino Visit Sanya. No hubo ningún herido como consecuencia del accidente, pero las dos embarcaciones se vieron obligadas a regresar a puerto para evaluar los daños.
De acuerdo a la información oficial emitida por los organizadores de la regata, las reparaciones podrían llevar entre 10 y 14 días.
La pierna 4 de la competencia se largó el pasado domingo desde Cape Town, en dirección al puerto de Fremantle, en Australia.

Accidente
Hablando desde Londres con FM Gente, Sofía Strasser refirió su experiencia en la pierna de la regata Clipper que unió Punta del Este con Sudáfrica. Dijo que una semana antes de llegar a puerto sufrió un accidente en la cubierta cuando una ola la arrastró y el golpe le produjo una lesión en la espalda.
Explicó que fue durante la primera tormenta que le tocó enfrentar al velero a los siete días de viaje. La ola atravesó la nave y ella voló a través de la cubierta antes de golpearse y sufrir un fuerte traumatismo. Como iba enganchada al arnés de seguridad se salvó de caer a las aguas del océano.
La joven debió permanecer cinco días casi sin moverse, pero pudo completar la etapa. Luego recibió la asistencia de un traumatólogo que también forma parte de la tripulación del navío.
“No pasó nada grave”, dijo Sofía, que valoró su participación en un tramo de mucho oleaje y tormentas. “Los primeros días fueron bastante calmos, con noches muy estrelladas y una ballena nos fue siguiendo muy de cerca”, recordó.
“Cuando llegó la tormenta fue increíble ver el color del mar, cómo cambiaba”, recordó. Dijo que navegaron con el velero escorado (ladeado) todo el tiempo y que había que timonear con lentes de forma permanente. También hubo un frío intenso, de modo que se cambiaron algunos hábitos para preservar a la tripulación.
“Hubo un momento, luego del accidente, que pensé quién me había mandado acá, pero enseguida eso se superó por la experiencia que significa cruzar el Atlántico en esta regata”, señaló.
Los veleros llegarían a Fremantle entre el 9 y el 14 de diciembre.