El Centro de Convenciones de Punta del Este es un barril sin fondo que no ha tenido ninguna utilidad, ni antes, ni durante, ni luego de que pase la pandemia de coronavirus. Este centro de convenciones es producto de una extraña licitación donde un grupo de empresarios, entre ellos uno de los más ricos de la Argentina, se hicieron de la concesión del complejo pese a no invertir ni un solo dólar en la construcción del mismo.
Solo uno de sus accionistas, años atrás, se retiró de la concesión vendiendo en más de un millón de dólares su cuota parte del veinticinco por ciento del paquete accionario que compartía con empresarios argentinos y uruguayos.
Encima, en todos estos años, tanto el ministerio de Turismo como la Intendencia de Maldonado aportaron una importante cifra para pagar los gastos de funcionamiento del complejo.
A los más de cincuenta millones de dólares que costó su construcción, se suma ahora una partida que, al menos dos organismos estatales, todos los años entregan al fideicomiso del complejo de Punta del Este. De acuerdo a lo acordado en el contrato de fideicomiso, todos los años, tanto la Intendencia de Maldonado como el Ministerio de Turismo, acordaron la entrega de partidas de dinero. Así en noviembre de 2018 nació el denominado “Fideicomiso de administración de convenciones y predio ferial de Punta del Este” en el ámbito de la Corporación Nacional para el Desarrollo.
Este acuerdo obligó al pago al citado fideicomiso de 2 millones de pesos por parte del Ministerio de Turismo. Una suma similar debería ser aportada por la Intendencia de Maldonado. En estos años tanto el Ministerio de Turismo como la Intendencia de Maldonado entregaron casi cinco millones de pesos a la Corporación Nacional para el Desarrollo.

Cuota parte
Empero, en las últimas horas se generó una suerte de rebelión gubernamental al conocerse que el Ministerio de Turismo no pagará su cuota parte, la que asciende a más de dos millones de pesos. Según trascendió, este fideicomiso tiene un presupuesto operativo anual para este año de más de casi cinco millones de pesos. Parte de ese monto debe ser aportado por el Ministerio de Turismo. Una cifra similar por la Intendencia de Maldonado, según adelantó la CND.
Se dice que esa partida que el ministerio de Turismo aportaba al fideicomiso era un refuerzo de rubro un gasto que no fue aprobado por el Ministerio de Economía y Finanzas.
Por esta razón, el ministerio de Turismo indicó que no tiene rubros para poder concretar este aporte como ocurrió en los años anteriores. El tema no pudo ser solucionado en una discusión generada con las autoridades del ministerio de Economía y Finanzas, ni tampoco cuando fue tratado en el ámbito de la unidad de presupuesto nacional.
Por lo tanto, el Fideicomiso sabe que no recibirá dinero, ni del ministerio de Economía y Finanzas, ni del ministerio de Turismo.
Solo queda que la Intendencia de Maldonado se haga cargo de la partida propia y la que debería ser aportada por el ministerio de Turismo.
Por eso la Corporación Nacional para el Desarrollo pide que la Intendencia de Maldonado se haga cargo del aporte que le corresponde y el del Ministerio de Turismo.

Lo contrario
Caso contrario a lo sucedido con la licitación que ganó la empresa Baluma SA para la construcción de un centro de entretenimientos a comienzos de los noventa.
Baluma SA tuvo que comprar el predio al estado uruguayo al que le pagó nueve millones de dólares a lo que se sumó otra suma de seis dígitos. Además, se hizo cargo de la millonaria suma necesaria para construir el edificio de las paradas 3 y 4 de la rambla Claudio Williman de Punta del Este.
En este caso, se trata de un capitalismo de amigos donde no existe el riesgo a perder porque el estado uruguayo se hizo cargo de todo. Los empresarios a cargo de la concesión solo cobran por un centro de convenciones que no ha tenido hasta el momento algo que justifique tamaña inversión de los contribuyentes del departamento de Maldonado.