
El empresario Omar Blasi, de 84 años de edad, quien había sido procesado por el homicidio de su hijo Alejandro, de 48, falleció en la mañana del sábado en el sanatorio Mautone donde había sido internado días atrás a causa de su mal estado de salud.
Blasi cumplía arresto domiciliario desde el 27 de agosto del año pasado cuando la Justicia accedió al pedido de su abogado, Edison Vilizzio. El empresario había sido procesado por la jueza Patricia Borges por un delito de “homicidio muy especialmente agravado”, el 29 de marzo del 2014. Luego de un breve pasaje por una dependencia policial fernandina fue alojado en el Comcar. Su hijo Alejandro murió en las primeras horas de la noche del 25 de marzo asesinado de tres balazos efectuados a muy corta distancia, cuando se encontraba en su camioneta acompañado de su padre Omar. El homicidio ocurrió en los depósitos que ambos tenían en la zona de El Pantanal, al norte de la capital departamental.
Su abogado defensor presentó un recurso de reposición y apelación en subsidio contra el auto de procesamiento de su cliente, alegando su inocencia, pero no tuvo suerte.
Blasi tenía varios antecedentes criminales, uno de ellos por el robo, a mediados de los años sesenta de la institución bancaria donde trabajaba. Luego estuvo involucrado en el caso de los tres asaltantes argentinos abatidos por la policía en el edificio Liberaij. Los tres delincuentes estuvieron horas antes en la casa de Blasi, quien los ayudó a encontrar un escondite cuando toda la policía de Montevideo estaba en su búsqueda por la muerte de un policía. Como agradecimiento, uno de los ladrones colocó un fajo de billetes en la cuna de su hijo, Alejandro.
Se cree que Blasi envió a los tres argentinos al edificio donde la policía había tendido una trampa. En los años 90, Blasi fue enviado otra vez a la cárcel por delitos económicos.