
La Intendencia remitirá a la Junta de Maldonado el pedido de anuencia para definir la forma en que será desafectado el predio de 43 hectáreas de El Jagüel que dará albergue a la futura Zona Franca de Maldonado.
La novedad se conoció este miércoles luego del acto celebrado en Montevideo y encabezado por el intendente Enrique Antía y la ministra de Economía, Azucena Arbeleche.
Ambos jerarcas, acompañados por sus principales colaboradores, firmaron el acuerdo marco que permitirá llevar adelante el proceso licitatorio.
Al acto de la víspera concurrieron los directores, Roberto Chiacchio, Soledad Laguarda, Miguel Abella, Martín Laventure, El secretario general, Luis Eduardo Pereira, el Prosecretario Álvaro Villegas, el presidente de la Junta Departamental, José Luis Sánchez, ediles y diputados.
Este proceso quedará a cargo de la Dirección de Zonas Francas y tendrá la participación de técnicos de la Intendencia de Maldonado.
El pliego
Este equipo tendrá la tarea de armar un solo pliego de condiciones para adjudicar la concesión de las actividades de la futura zona franca como también para hacerse del inmueble de 43 hectáreas de superficie delimitado por la avenida Aparicio Saravia, la ruta Perimetral, contiguo al aeropuerto de El Jagüel y frentista al Centro de Convenciones de Punta del Este. Luego de la rúbrica del convenio marco, el intendente Enrique Antía aseguró que la puesta en funcionamiento de la nueva zona franca será una forma de consolidar una oportunidad laboral para todo el año. Antía calificó de fundamental a esta propuesta porque “traerá mano de obra variada para desestacionalizar la temporada, porque Maldonado ofrece las condiciones para vivir y trabajar”.
El jefe comunal espera que en un plazo no mayor a dos o tres meses el llamado a interesados pueda culminar, y destacó que el gobierno comprendió la propuesta que le llevaron debido al interés que existía en concretar esta zona franca, la tercera en Maldonado.
Al futuro
Por su parte el director general de Planeamiento Roberto Chiacchio sostuvo que esto traerá cambios para el departamento porque se incorpora un nuevo tipo de trabajo que no había y que apunta al futuro de jóvenes que se están preparando en el área de servicios, comercio, industria, entre otras. Chiacchio sostuvo que las empresas van a requerir personal calificado y destacó que existan jóvenes formándose en universidades de la zona para ello.
El mecanismo
Falta aún definir el mecanismo para conceder el usufructo del predio a la empresa ganadora del proceso licitatorio; esto es, la venta del predio por compra o mediante un arrendamiento con opción a compra por parte del futuro ganador de la licitación. Esto deberá ser definido en las próximas horas.
Tal como informó Correo de Punta del Este semanas atrás, la administración del Intendente Antía pretende reeditar el proceso licitatorio de comienzos de los años noventa que permitió la construcción del complejo de lujo de la entonces Cadena Conrad hoy propiedad de la chilena Enjoy.
La licitación fue acordada entonces por el presidente Luis Alberto Lacalle Herrera y el intendente de la época, el fallecido Domingo Burgueño Miguel y consistió en la venta del predio propiedad de la Intendencia delimitado por la rambla Claudio Williman entre las paradas 3 y 4 de Punta del Este. De forma paralela, el gobierno nacional concedió la explotación de una sala de juego privada. El predio fue adquirido por la empresa Baluma Sociedad Anónima por 9 millones de dólares, unos 18 millones de dólares actuales. Una cifra inferior fue empleada para comprar un predio entonces propiedad de AFE ubicado sobre el actual trazado de Bulevar Artigas. Este mecanismo es diferente al empleado por la administración frenteamplista para la construcción y posterior concesión del centro de convenciones de Punta del Este. En esa oportunidad la administración se hizo cargo de todos los gastos –algunos que persisten en el presente- para luego entregarle al grupo empresarial que ganó la licitación y que no puso ni un solo dólar. A poco de comenzar la gestión, uno de los socios del consorcio ganador, el empresario Eduardo Abulafia, vendió su parte en más de un millón de dólares a su contraparte argentina.