Tal cual se ha informado en varias ocasiones a lo largo de los últimos años, al menos desde hace más de un par de décadas- la acumulación de nutrientes que favorecen la aparición de algas en la Laguna del Sauce data de hace muchísimos años. Al margen del fósforo y otras sustancias químicas que llegan a la laguna desde los plantíos cercanos, también las aguas servidas de Pan de Azúcar desembocaron durante largos años en la principal fuente de agua potable del departamento. Así es que cada pocos años aparecen algas que dan feo sabor y aroma al agua que sale por las canillas
Ahora trascendió, además, que ya en el año 1989 un grupo de investigadores realizó una advertencia sobre el estado de la Laguna del Sauce, que señalaba el alto grado de eutrofización del agua a causa del aporte excesivo de fósforo y nitrógeno. En 1993, un nuevo informe tuvo el mismo resultado y desde el año 2000 las floraciones de cianobacterias, principales culpables de que el agua esté alterada desde hace semanas, aumentaron en cantidad y frecuencia.
Néstor Mazzeo, investigador del Departamento de Ecología y Evolución del Centro Universitario de la Región Este (Cure) de la Universidad de la República y miembro de la Comisión de la Cuenca de la Laguna del Sauce, explicó ayer al diario El Observador que la diferencia de lo que ocurría en 1989 y lo que está pasando actualmente es que el proceso de potabilización del agua no se había visto afectado y por ese motivo no cambió en olor y sabor. Todo cambió ahora a causa de la mayor cantidad de cianobacterias.
En agenda
En 2011 la comisión creó un plan de acción para recuperar la calidad del agua de Laguna del Sauce, que tuvo el aval de las autoridades para ser puesto en marcha. Sin embargo, uno de los principales puntos de ese plan sigue sin implementarse. Aunque destacó la “voluntad” del Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente y de Ganadería Agricultura y Pesca para llevarlo a cabo, Mazzeo sostuvo aún no se ha aplicado la restricción del área admisible a forestar. Este aspecto debió haberse concretado entre 2012 y 2013, pero no se verificó.
“Es una medida muy importante para las etapas futuras. Si el área de forestación sigue aumentando, tendremos una afectación en el rendimiento hidrológico y eso va a retardar el proceso de recuperación porque es lo que produce un ‘efecto de lavado y disminución de la carga de nutrientes”, dijo Mazzeo a El Observador. Cuanto más forestación haya en la zona, más lentamente se despejará de algas y otros residuos.