1) Persisten los obstáculos que demoran la concreción de la imprescindible reforma del Servicio de Retiros y Pensiones de las Fuerzas Armadas (Caja Militar), consecuencia de la posición sostenida por la propia institución. Recuerdo que siendo subsecretario de Trabajo y Seguridad Social, participé en representación del gobierno en las reformas de Caja Policial, Caja Bancaria, y el frustrado intento de modificar la Caja Militar. Importantes experiencias a rescatar, que mucho tienen que ver con que es el país, política, social y culturalmente. Veamos.
A) La importancia de la participación y el diálogo nacional con representantes gubernamentales, de las instituciones involucradas y de la sociedad en general. Defendamos y profundicemos esa formidable herramienta que ha originado que la institucionalidad política y socio laboral uruguaya, sea muy respetada mundialmente.
B) La tendencia corporativa militar que le llevó a obstaculizar reformas indudablemente necesarias en su institucionalidad de Seguridad Social hace 10 años, y que se repite actualmente. Defendió fuertemente sus intereses y derechos de grupo, sin considerar lo que es justo, ni los perjuicios que el mantenimiento de los parámetros actuales ocasionan a la sociedad. El reciente discurso del Gral. Guido Manini Ríos y ciertas expresiones del Centro Militar demuestran, con diferentes intensidades obviamente, el corporativismo. Por otra parte existen prejuicios sociales, ideas de revanchismos políticos, sociales y culturales que se han ido generando a favor o en contra de las Fuerzas Armadas desde la dictadura en adelante. Es que el ejército tiene peso político importante, robustecido además por los aspectos y las conductas mencionadas.
2. Lo expuesto precedentemente genera un panorama complejo para proceder a una reforma, máxime en un país con una institucionalidad democrática como el nuestro, que debe ser sustancialmente respetada. ¿Por qué insistimos en la necesidad de cambios? Es que ante tantas complejidades dificultades, bueno es recordar que la Seguridad Social es un Derecho Humano Fundamental con sus principios esenciales: universalidad, solidaridad, igualdad y suficiencia, que están por encima del corporativismo, prejuicios, revanchismos, etc. Mencionaremos sólo algunos aspectos, ya que referirnos a todos requeriría de varias notas. Más allá de la certeza de los datos de pobreza en el ejército expresados por el Sr. Comandante en Jefe, preguntamos: si existe un 44.5% de militares en situación de pobreza, siendo que la pasividad media de los oficiales superiores oscila entre $90.000 y $120.000, y la de los oficiales medios es de $50.000, ¿puede hablarse de respeto a la igualdad y la solidaridad? Por otra parte, el promedio de la pasividad con el retiro a los 30 años de trabajo y 60 de edad en el BPS, es del 50%, a diferencia de la jubilación militar donde el promedio a los 60 años es 100%. Agreguemos otro elemento más que elocuente: el promedio de edad de retiro para los militares en 2015 era 49 años. ¿Trato igualitario y solidario?
Otros beneficios existentes demuestran elocuentemente otras desigualdades comparando con el B. P. S. Por ejemplo, el monto a percibir por las viudas de militares procesados es del 100%, a diferencia del BPS donde se le retribuye a la viuda con el 66%, y con el 75% si tuviera hijos menores o incapaces. Considérese además las bonificaciones de 3 años por 1 por riesgo de la actividad. A propósito, ¿la construcción y otros múltiples trabajos no implican riesgos? ¿Por qué no se les bonifica como a los militares? Consideremos lo discutible que resultan los beneficios de quienes han sido docente en el exterior, a los que se les bonifica 3 años por uno trabajado. Todo lo mencionado y mucho más que existe ¿es cumplir con los principios esenciales de la Seguridad Social, acordes a la naturaleza de Derecho Humano Fundamental, según nuestra Constitución, la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 de Naciones Unidas, y del Pacto Internacional sobre Derechos Económicos, Sociales y Culturales de 1966.
3) Considerando los principios enumerados, el Estado tiene la obligación de promocionar y concretar este Derecho Humano Fundamental, lo cual exige un manejo racional y equilibrado de los recursos para cumplir con el principio de la universalidad y suficiencia, fundamentalmente. No se puede ser indiferente al hecho de que la institución militar tenga un déficit en su gestión de unos U$ 460.000.000 al año aproximadamente, necesitando consecuentemente desde muchos años atrás de asistencia financiera estatal, la que en los últimos 10 años creció un 89% según el Ministerio de Economía. No resulta coherente con una administración que necesariamente debe ser eficiente, máxime si se trata de la aplicación de la Seguridad Social considerando su naturaleza, y fundamentalmente teniendo en cuenta que gran parte del mismo se origina en desigualdades inadmisibles referidas. ¿Quién paga en definitiva? Naturalmente la sociedad en su conjunto, con las consecuencias negativas que se originan. No desarrollaremos otros temas polémicos, como el manejo de vacantes, misiones de paz que originan mayores ingresos, etc.
4. ¿Y el futuro? No dejaremos de insistir que por más profundos que puedan ser los cambios en Caja Militar, concretarlos requiere de un proceso con sus dificultades, avances y retrocesos, que requiere fundamentalmente de visión y planificación estratégica entre otros aspectos, lo que exige controles de gestión, evaluaciones de resultados, herramientas que permiten realizar el imprescindible seguimiento de las metas establecidas. Todo ello respetando la institucionalidad democrática como la nuestra.
Por otra parte, resulta imposible ignorar la profundidad política del tema. Consecuentemente, no olvidemos que muy pronto estaremos ante elecciones nacionales, en las cuales se dirimirán otros aspectos esenciales para el país, originando situaciones que quizás van a predominar sobre temas como la reforma de la Seguridad Social en general, la Caja Militar en particular, la de las AFAP que violentan la igualdad, solidaridad, suficiencia, y se basan en el lucro como objetivo.
Para las modificaciones que mencionamos, esencialmente la Caja Militar, habrá que superar prejuicios existentes que dificultan el análisis del proceso de reforma. Es trascendente definir el concepto de Defensa y el papel del ejército en el país, que fue un aspecto sustancial que trabó la reforma planificada de 2008-2009. Resulta un tema prioritario, siempre que sea usado responsablemente y no como pretexto para dificultar las modificaciones imprescindibles, tal como sucedió en los años mencionados. Dr. Jorge R. Bruni.