Dilma, corrupción y redes sociales

ricardo-pugliapor el Cr. Ricardo Puglia

Brasil está estremecido por un terremoto político: el martes pasado por la noche, el fiscal general Rodrigo Janot entregó al Tribunal Superior una lista que incluye a los políticos que, en su opinión están implicados en la mayor trama corrupta que jamás ha existido en el país, la de la petrolera pública Petrobras que representa un 12% del PBI brasileno.

Desde hacía meses, todo giraba en Brasil sobre la hipotética lista maldita y sobre los nombres que sí o no figurarían en ella. El fiscal prometió entregarla después de Carnaval y así lo hizo. El listado es aún secreto en teoría y solo el Tribunal Superior puede dar el visto bueno para que los nombres se conozcan oficialmente. Algunos ya se conocieron, como son los casos del presidente del Senado, Renan Calheiros, quien dijo no estar en la nómina porque negó haber tenido participación alguna en la trama, y del presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, quien aseguró desconocer el hecho y añadió: “Espero que todo esto no sea una investigación política”. Calheiros y Cunha pertenecen al Partido  del Movimiento Demócrativo Brasileño (PMDB), aliado del gobierno.

A través de las redes sociales el pueblo brasileño está convocando a tres eventos que tendrán lugar desde el jueves hasta el domingo de esta semana en todo Brasil. Las consecuencias tendrán efectos inmediatos en todos los ámbitos, sean políticos, sociales o económicos. Las protestas en contra y a favor del gobierno 1federal pasaran de internet a la calle.

El primer evento será una manifestación de apoyo al gobierno federal, apoyo a Petrobras y defensa de la  democracia patrocinado por la Central Única de los Trabajadores (CUT), la Central de Trabajadores y Trabajadoras Brasileñas (CTB) , Cpers (Sindicato de Profesores) y el Movimiento de Trabajadores Rurales sin Tierra (MST).

Los críticos del gobierno organizan una protesta para el domingo 15 de marzo apoyados por el Movimiento Brasil Libre (MBL). Entre ellos se encuentran los disconformes con el rumbo de la economía, con la corrupción en Petrobras, los empresarios liberales, los defensores del impeachment y también los que apoyan la intervención militar. Este evento espera una gran concurrencia ya que en las redes sociales el mismo llegó a 53.000 personas confirmadas.

Antonio Flávio Testa, analista político de la universidad de Brasil dijo que el evento agendado para el domingo tiene un carácter diferente a los dos hechos ocurridos en junio de 2013. En esa época las manifestaciones fueron espontáneas mientras que ahora se revelan movimientos partidarios para desgastar al gobierno.

La izquierda está dividida por los sindicatos y los movimientos sociales quienes defienden lo actuado por Planalto pero a su vez critican duramente el ajuste fiscal propuesto por el Ministro de Hacienda. Parte de los sindicatos están más preocupados en blindar al gobierno que solicitar mejoras y pedir mayores beneficios  para los trabajadores. Este grupo es más de izquierda que el gobierno.

En reciente viaje a San Pablo, feria de la Construcción – 21o. Salón Internacional – Dilma fue contrariada con gritos de “fora Dilma, fora, fora, fora PT”. Sin embargo, afirmó que reconocía que el actual momento era difícil y se estaba trabajando fuertemente para superar la desaceleración que pasa la construcción civil. Rousseff afirmó que el gobierno está tomando importantes medidas para la corrección de la economía ya que los fundamentos sobre los que se sustenta son sólidos e invitó a los ciudadanos a esperar hasta fin de ano para ver los resultados positivos de la economía del Brasil.

Mientras estos movimientos de redes y partidarios se expresan, el “affaire” Petrobras y sus implicancias salpican la credibilidad del sistema democrático y sus instituciones.