
En una ponencia que realizó este martes en la Cámara Baja, el diputado Óscar de los Santos dio cuenta de que, en despecho de lo que creen los sectores radicales de la izquierda, la Ley de Riego elaborada por el gobierno ayudará a mejorar su producción agropecuaria a los poseedores de pequeñas explotaciones. El legislador aseguró que el proyecto procura asegurar y democratizar el acceso de todos los productores al agua de riego.
“En el medio de dilemas de los que no vamos a estar exentos este proyecto de ley prevé procesos de garantía-, creo que estamos dando un paso importante que nos permitirá incrementar la producción.
Tenemos un enorme dilema ante la posibilidad de producir alimentos para veintiocho o treinta millones de personas, y en este sentido, el tema del riego pasa a ser vital”, comenzó De los Santos.
“Hoy el agua es privada para vastos sectores. Hay grandes terratenientes en este país que tienen la posibilidad exclusiva del uso del agua porque poseen cuencas propias y han tenido el capital y las condiciones técnicas para poder hacer embalses, recorriendo los procedimientos legales, pero no todos los que compraron, heredaron o tienen un pedazo de campo son dueños de parte del agua. Yo creo que este proyecto de ley también democratiza el acceso al agua para la producción. Adviértase que las medidas de la ley de ordenamiento territorial y los comités de cuenca contribuyen en ese sentido, pero hay debilidades.
Ahora, tenemos un enorme dilema: si queremos crecer, si queremos incluir sectores sociales, si queremos redistribuir el ingreso, va a ser muy difícil hacerlo sin un plan de desarrollo en el que el agro y la industria alimentaria sean pilares, como lo son y lo van a seguir siendo”, afirmó.
“Sería como si festejáramos el crecimiento del turismo, que superó el ingreso de la carne, y quisiéramos que la gente gastara más, pero que no vinieran tres millones de turistas. ¿Cuál es el elemento de impacto ambiental negativo cuando vienen? ¿Acaso tres millones de personas más en un suelo, que consume bienes, energía, servicios y convive con los ecosistemas y el medio ambiente, no lo dañan? Cuando esos mismos desarrollistas o esos mismos turistas necesitan residencia, muchas veces los gobiernos van por la faja costera, construyendo, con normativas que inclusive violentan elementos esenciales de la protección de ese desarrollo sostenido de las ciudades”, señaló.
En iguales condiciones
“La pregunta es: ¿acaso el agua se puede medir en el mismo sentido que los servicios turísticos? No. Pero tenemos un Uruguay con una serie de características que se expresan en el informe del Poder Ejecutivo. Concretamente, dice: ‘El desarrollo del riego a partir de fuentes artificiales mediante represamientos ha tenido hasta el momento un abordaje individual’. No son los pequeños y medianos productores”, indicó.
“Sigue diciendo: ‘De esta forma, muchos productores han quedado excluidos de la posibilidad de construir una fuente de agua ya sea por razones de topografía por no tener lugares para hacer una represa, por el tamaño del predio o por ambos’. ¿Y qué es lo que permite este proyecto de ley? Es asociar; es generar la posibilidad de recursos de inversión privada; tiene que ver con la posibilidad de poner en las mismas condiciones a esos pequeños y medianos productores que muchas veces se van, porque los grandes terminan comprándoles los predios para ser competitivos. Porque competir significa producir cantidad, calidad y asegurar la sostenibilidad ambiental de esa producción”, comentó.
“Yo sé que hay nombres que molestan, pero recuerdo que la primera vez que escuché hablar al ‘Ñato’ (Eleutrio Fernández) Huidobro sobre este tema, hacía referencia a cómo en el Uruguay los ciclos ecológicos hacían que la lluvia se evaporara, se creara la nube y ocurriera aquello que aprendíamos en la escuela: subiera y volviera al mar. Hace unos momentos, esto decían algunos legisladores”, agregó.
“En el informe del Poder Ejecutivo de este proyecto de ley se expresa: ‘Aumentar la disponibilidad de recursos hídricos no constituye una limitante si se realizaran las obras de captación o represamiento. Se estima que de la precipitación total anual (1.300 mm promedio) el 40% escurre por la superficie, alimentando cañadas, arroyos y ríos, pero con gran variación estacional en todas las regiones, siendo el cuatrimestre diciembre-marzo el período de menores valores’. Y agrega: ‘Las estimaciones más recientes indican que se estarían consumiendo anualmente entre 2,5 y 2,7 Km³ de agua con fines de riego”. Esto es lo de hoy, lo que ya sucede. Continúa: ‘El volumen de agua que se está utilizando representa menos del 5% del volumen de agua que escurre en un año promedio (aproximadamente 92 mil millones de m³)’”, señaló.
La naturaleza
“Yo tengo temores cuando le metemos mano a la naturaleza; todos tenemos temor. Ahora, si la posibilidad de convivir con la naturaleza fuera hacerlo como en las comunidades indígenas, estaríamos complicados, porque para esos 7.000:000.000 (de habitantes del mundo) que hoy viven y los 8.000: 000.000 que se estima que necesitarán consumir alimento y energía, el rol del país en la situación internacional es una definición de carácter estratégico. ¿La estrategia significa soberbia? No; significa tomar medidas cautelares, haber legislado en materia de ordenamiento, del comité de cuencas. ¿Tienen debilidades? Sí, tienen debilidades, pero es lo único que nos va a permitir ubicar en el mundo nuestra producción de cantidad, de calidad, y yo diría hasta con posibilidad de caracterización de origen desde el punto de vista ambiental; ese es el desafío que tenemos para avanzar. Lo otro puede ser cuita, puede ser decir que queremos distribuir, que queremos más plata para la educación, que el salario es insuficiente, que los aspectos vinculados a los que viven en los asentamientos nos duelen, que el desarrollo de las condiciones humanas es insuficiente, pero no tenemos de dónde sacarlo, porque queremos vivir casi en la misma situación tribal en la que nuestros originarios nacieron. Y eso no es posible en el mundo de hoy”, afirmó.
“No tengo ninguna contraindicación desde el punto de vista ético o político con la historia o el programa del Frente Amplio”.