Si bien las medidas tomadas este martes por el gobierno tendientes a controlar el crecimiento de los contagios rigen hasta el próximo 18 de diciembre, los empresarios gastronómicos de Punta del Este no ocultan su preocupación por una eventual prórroga en el tiempo que los impacte en dos fechas claves de cada temporada: las cenas de Navidad y de Fin de Año, además de lo que pueda pasar en el resto del verano. Así se preparan para enfrentar su primera temporada de verano sin argentinos. “Nada más, ni nada menos”, dijo Sebastián Raña, director de los establecimientos Virazón y Atrevida de la Península. “Esto no tiene antecedentes. Ni cuando Perón cerró las fronteras, ni cuando estuvieron los puentes cortados”, indicó Raña. A la falta de los clientes tradicionales, que permiten la existencia de un balneario como Punta del Este, se suma ahora las medidas restrictivas que en principio culminarán el próximo 18 de diciembre. Por su parte Fernando Massa, dueño de Guappa y Ragazza sostuvo que para ver cuánto impacta habría que dejar pasar unos días. “En realidad no demasiado”, dijo. “Nosotros antes de las doce de la noche estamos cerrando” en los dos establecimientos así que “no me cambia demasiado”, sostuvo.

Otra cosa
Para el propietario de Soho, Santiago Claramunt, las cosas sí cambian con la aplicación de esta medida. Su negocio, además de abrir como restaurante al mediodía y a la noche, funciona también como pub, de donde tenía “gran parte” de su entrada. Según dijo a Correo de Punta del Este, está todo “muy difícil, estamos luchándola”, “somos los más castigados”, sentenció. “Los negocios gastronómicos son los menos rentables, si uno hace un cálculo de lo que son los costos, los márgenes no existen”. Ya “veníamos muy apretados, muy mal, estamos abiertos para poder seguir adelante”. Para el empresario acá se “pagan las cuentas de un mundo exitoso, pero estamos en un fracaso tremendo, en una catástrofe”.
La medida afecta de forma diferente a los restaurantes de Punta del Este y de otros puntos del departamento de Maldonado de acuerdo a las características de cada uno de los públicos que concurren a los mismos. De todas formas, la medida cayó mal entre los propietarios de aquellos ubicados en la península, que coincidieron en calificar a la misma como “otro golpe que recibe el sector”. “Otro golpe al sector que ya está bastante debilitado por la pandemia. Puntualmente, creo que los colegas que trabajan más la noche con un público más joven son los más afectados por esta medida, aunque nos afecta a todos. De todas formas, ¿qué podemos hacer?”, dijo Raña.

En la mesa
“La incertidumbre está servida en la mesa y no sabemos qué puede pasar. Aquellos que nos dedicamos al restaurante clásico no representamos ningún problema, ni tampoco nos afecta porque un restaurante como los nuestros a esa hora ya está cerrando sus puertas”, explicó Raña. “Por suerte en nuestro caso tengo la posibilidad de cuatro terrazas, lugar donde casi la totalidad de nuestro pública opta por ocupar una mesa. Es más, la mayor parte de la atención es al aire libre”, indicó. “En la medida que el tiempo nos dé una mano podremos seguir ofreciendo lugares afuera. Más allá de todo esto, es un golpe que nos afecta a todos en menor o mayor medida”, explicó Raña.

Navidad
Dos fechas –Navidad y Año Nuevo- que, además, en esta oportunidad caerán en viernes lo que en los hechos representa dos fines de semana largos en medio de lo que debería ser el punto más fuerte de la próxima temporada de verano. Si bien algunos establecimientos cierran en esas dos noches para dar libre a su personal, otros aprovechan esas dos tradicionales festividades para ofertar atractivas propuestas gastronómicas con menús que incluían hasta bailes, música en vivo y espectáculos de pirotecnia.
Los empresarios gastronómicos aún no fueron notificados del horario de cierre de las 24:00 y tienen dudas sobre a qué hora deben cerrar sus puertas.