
Las autoridades policiales de la zona trabajan por estas horas para concluir una profusa investigación en relación a una banda de delincuentes conocida como de “los colorados”. Fuentes de la seccional décima de Punta del Este dijeron ayer a FM Gente que el grupo podría tener hasta más de diez integrantes, casi todos extranjeros.
Todo comenzó cuando, días atrás, la Seccional 10ª recibió una denuncia por parte de los administradores de un barrio privado, que dijeron haber sido víctimas del grupo. Aparentemente el equipo de estafadores ya tenía algún antecedente por estafas a hoteles. Tampoco serían desconocidos por Interpol que, desde Montevideo, solicitó ayer tener acceso a las nuevas denuncias.
El modus operandi de la cooperativa es más o menos el siguiente: un hombre de nacionalidad extranjera se presenta a los administradores de un barrio privado. Afirma que pertenece a una empresa que realiza pavimentaciones y tiene excedente de asfalto a un precio muy conveniente que pone al servicio de su potencial nuevo cliente.
Por lo general, el grupo ha estudiado previamente a su objetivo y ha visto que en sus instalaciones tiene al menos un pequeño sector que necesita ser asfaltado o pavimentado. Dada la situación, el negocio está casi asegurado.
Por otra parte, el extranjero tiene documentación que “avala” la existencia de la empresa y nada hace sospechar a las víctimas de un supuesto fraude.
Mal calculado
Los problemas comienzan cuando las partes llegan a un acuerdo. Al principio los colorados -que son efectivamente pelirrojos- comienzan las tareas, pero de golpe se detienen. Las máquinas se apagan y el vocero el grupo anuncia que el trabajo ha sido mal cotizado por lo que el saldo a pagar será mayor a lo anunciado.
Según testimonios recogidos por la emisora local, las cifras pueden triplicarse o aumentar aún más. En esta instancia dan inicio los problemas entre los clientes y el grupo obrero, que comienza una campaña de presión para retomar el trabajo y lograr su emolumento ya ajustado.
Al parecer ya ocurrió un caso en el que los contratantes tuvieron que llamar a la Policía. Las fuerzas del orden ingresaron al barrio privado y comenzó a mediar, dado el arribo de varias camionetas y de un grupo de hombres furiosos. Todos amenazaban tomar violentas represalias si no se les abonaba.
En esta ocasión, la intervención de las autoridades hizo que los administradores del barrio privado abonaran el saldo demandado. Entonces el grupo se retiró, aunque el trabajo no había finalizado, y los administradores decidieron presentar la denuncia. Allí supieron que la misma banda ya había realizado una maniobra similar en la zona y que el grupo, o varios de sus integrantes, estaban ligados a una supuesta estafa en hoteles.
La emisora local también logró el testimonio de la empleada de un comercio del Design District, quien refirió que había recibido la visita de un extranjero que ofreció realizar un trabajo de pavimentación para la vereda exterior y la calle auxiliar del establecimiento.
La empleada contó que rechazó la oferta, tras lo cual el desconocido insistió con vehemencia: no aceptaba que el comercio declinara su proposición. La empleada amenazó con llamar a un superior o encargado y entonces el sujeto se retiró del lugar sumamente contrariado. En las próximas horas se determinará si el caso se mantiene en la órbita de la Policía local o pasa a manos de Interpol.
Foto: archivo