
En economía hay conceptos que son invisibles a los ojos del ciudadano, por ejemplo, el déficit fiscal, el endeudamiento externo, la inflación, etc. No obstante, es el ciudadano quien sufre sus consecuencias directamente de las malas gestiones de la administración pública, ejecutadas por seudo políticos y técnicos complacientes.
El déficit fiscal se torna visible cuando comienzan los despidos o el envío al seguro de paro de los trabajadores o la alta tasa de inflación que le quita poder adquisitivo al asalariado de ingresos fijos, o el endeudamiento externo que a través de los intereses crean una gran bola de nieve que se debe pagar a los acreedores financieros restando recursos a la economía nacional para efectuar obras de mejoramiento en escuelas., liceos, hospitales, viviendas, obras de infraestructura y mejoras de la calidad de vida de los ciudadanos a través de superiores salarios y beneficios.
El concepto de déficit fiscal, déficit presupuestario o déficit público se refiere a la situación en la cual los gastos realizados por el Estado superan a los ingresos recibidos en un período de un año.
Al candidato frenteamplista a la Presidencia no le preocupa el déficit fiscal que a los doce meses finalizados en julio de 2014 alcanzó a la friolera de us$ 1.807.000.000. El uruguay, o sea, todos nosotros perdimos una bolsa con us$ 1.807.000.000 que el Estado gastó y mal gastó por encima de los ingresos.
Y este señor que realizó uno de los peores gobiernos que tuvo el Uruguay en sus últimos cien años tiene el tupe de manifestar a la opinión pública que dicho déficit “se puede manejar perfectamente bien”.
El déficit que se salió de pista todo el período frentista no es una variable que se pueda manejar como un vehículo. Una vez que comienza a correr a altas velocidades es muy difícil reducirlo porque los ciudadanos se acostumbran a recibir las prebendas del gobierno y permanentemente exigen nuevas lo que lo hace imposible de detener.
La única forma de reducir el despilfarro frentista (entre ellos ANCAP) es disminuyendo el gasto público en consonancia con el nivel de ingresos. Incrementar los ingresos públicos sólo es posible a través del mecanismo de un profundo ajuste fiscal que Vázquez niega en el discurso pero que deberá realizar inexorablemente a no ser que en el próximo período – si le tocara gobernar – manejar el déficit fiscal signifique prescindir por los próximos cinco años de las obras públicas e inversiones que el país necesita a gritos, del mejoramiento edilicio de los hospitales, escuelas, liceos, carreteras, puentes, represas, etc.
El Dr. Vázquez y sus complacientes técnicos asesores pretenden ocultar con un dedo los rayos del sol manifestando que “no preocupa” el nivel de déficit fiscal del país.
Está muy equivocado el candidato Vázquez y sus complacientes compañeros asesores, el déficit fiscal preocupa y mucho a los ciudadanos conscientes de su significado negativo para todos los habitantes de la República. El déficit fiscal no se maneja, se debe evitar para que la economía pueda crecer sanamente con presupuestos equilibrados, con disminución de los endeudamientos que financian la caja del gobierno, con tendencia a una inflación de no más del 2% anual y con actividades productivas, sean de bienes o de servicios competitivas con el resto del mundo.
Como no todo es economía en esta vida, Dr. Vázquez, los ciudadanos también necesitan una vivienda decorosa y Ud. más que nadie debería conocer el déficit de viviendas existente en el país, el cuál con mayores recursos públicos disponibles debería tender a reducir. Asimismo la política educativa en la que a Ud. cree que “vamos bien” está produciendo ciudadanos de segunda que difícilmente salgan de puestos de peones o auxiliares en el futuro.
“Vamos bien” jodidos con la inseguridad pastando en cada rincón de la República donde la fumata de marihuana y otras yerbas es permitida por el frenteamplismo.
Maneje Dr. Vázquez!!!