En una exposición que tituló “El déficit económico financiero del Gobierno Departamental de Maldonado del 2002 al 2014 inclusive”, el edil nacionalista Guillermo Ipharraguerre repasó la historia de las finanzas municipales en los últimos años y estimó que la deuda comunal de estos días no se condice con los mejores niveles de recaudación y la bonanza económica general de la última década.
“Hablamos de déficit cuando falta algo; generalmente se usa en términos económicos, pero hay otros significados muy interesantes que también vamos a dar al final”, comenzó el edil hablando en el plenario del legislativo. Asimismo, recordó que la Constitución de la República “prohíbe el déficit” a las intendencias “porque dice que los presupuestos deben ser no deficitarios, equilibrados y presentados en forma comparativa. El Presupuesto es la columna vertebral normativa de los recursos y de las políticas de un Gobierno Departamental que se inicia o que se termina; por eso la importancia del tema”, señaló.
Después de formular otra consideraciones el edil ingresó de lleno en el tema presupuestal y refirió la historia del déficit de la comuna. “En el año 1998, en el país, en el departamento y en la región se sufrió una serie de crisis puntuales externas llamadas oportunamente: el efecto tequila –no sé si le suena a alguno de los compañeros–, el caipirinha –capaz que les suena a otros–, la aftosa –en el 2001– y la enorme crisis financiera y bancaria del 2002 que pegó duramente en el departamento, donde alguna ley no votada por nuestro partido exoneró de responsabilidad penal a algunos involucrados”, indicó. “El desempleo abierto en el Uruguay en ese momento alcanzaba el 17% de la población; el salario real arrastraba una pérdida de casi 20 puntos porcentuales entre el 2001 y el 2002. Se multiplicaron las evidencias de la crisis sobre amplios sectores de la población con serios problemas de acceso a la alimentación básica; aumentó en un 20% el número de desalojos por el no pago del alquiler; la lista de morosos frente a las empresas públicas adquiere en el 2002 un giro exponencial”, afirmó.
En caída
Ipharraguerre recordó que “luego de tres años continuos de recesión, del 1999 al 2001, el 2002 no fue de recuperación sino de caída (…) Y, claro, fue también un año de aumento de la desesperanza, del hambre y de la conflictividad social. Ese año, 2002, debe contabilizarse como el año en que Uruguay descendió un escalón más de manera estructural en términos de su riqueza global: la tasa de desempleo, que estaba en el 17%, el índice de empleo en el 55%, el salario mínimo nacional en $ 1.110 y la población de Maldonado no alcanzaba a los 140.000 habitantes”, indicó.
“En el año 85, la pobreza en el Uruguay ascendía a casi el 37% de los hogares urbanos; en 1995, al terminar el Gobierno del Partido Nacional, la pobreza había disminuido a menos de un 15%. La década que va de 1985 a 1995 fue, sin duda, una década de importantes logros sociales, pese a las oposiciones políticas que había en el Parlamento. Esto no resulta sorprendente: el PBI crecía, las tasas de empleo también; el gasto social aumentó a niveles nunca antes vistos, la inflación cayó debajo de dos dígitos y la desigualdad, si bien no disminuyó, tampoco aumentó. Estos números eran reales en el Maldonado del 2002”, señaló.
“El Presupuesto Quinquenal votado en el 2001, por dos partidos en este recinto, situaba el gasto anual en U$S 72.000.000 y solo se recaudaron en ese año de crisis U$S 54.000.000, no obstante lo cual la Intendencia siguió en sus gastos siendo motor del departamento” indicó. Asimismo, aseguró que “a fines de 1999 había superávit en las cuentas municipales y estaba establecido en U$S 6.500.000”.
“Al inicio de 2001, cuando nos empieza a barrer la crisis, teníamos un déficit de U$S 7.998.000, motivado por la situación argentina, el éxodo de 16.000 vehículos en la guerra de las patentes, de las cuales los partidos tradicionales no tenemos la culpa. Surgiendo medidas de contención como reducción de flota en un 20% de la Intendencia, el 30% en los teléfonos y en los celulares, el 15% del costo del mantenimiento vehicular, el 20% en la energía eléctrica y el alumbrado público y el 15% en la pesificación de los contratos. Así, en el 2002 teníamos, entonces, un déficit que no llegaba casi a U$S 7.000.000”, aseguró.
No obstante, dijo que “como consecuencia de esa crisis, el déficit comenzó a aumentar. Llegó a U$S 19.000.000 en el 2003 y a U$S 21.000.000 en el 2004. En el 2005 llegó a U$S 23.400.000; tanto es así que el señor intendente entrante pidió un préstamo –que obtuvo con su bancada en esta sede– equivalente a U$S 20.000.000. Por lo tanto, es falso que se diga públicamente que el déficit era superior a U$S 29.000.000, como me pareció oír en Maldonado en los últimos días. Así, paulatinamente, en el 2006 tenemos que el Presupuesto que se vota, en ese momento, alcanzaba a U$S 247.000.000 anuales y a U$S 1.235.000.000 quinquenales”, aseguró.
“¿Qué pasó?”
El edil aseguró que en el 2007 “el déficit permanecía en U$S 20.000.000. ¿Qué pasó? Se van tres técnicos destacados de la Intendencia, nunca supimos por qué motivo. Se va el Economista Mendiburu a cargo de la Dirección de Hacienda, se va el contador (Óscar) Torielli también vinculado a la Dirección de Hacienda y se va el Dr. Osvaldo Acordagoitia del Departamento Jurídico. Ahí viene la debacle. En el 2008, U$S 23.000.000 de déficit. En el 2009, U$S 49.000.000 de déficit. Ah, me olvidaba, ya el país y el departamento estaban en franca recuperación, con viento de cola”, indicó.
“En el 2010, nuestro partido le votó al intendente un préstamo de 1.915.869 unidades reajustables, con las cuales el señor Intendente –en ese momento el Secretario General pasado a Intendente– pudo bandear el período de gobierno y pagar sueldos, reconstituir fondos, cancelar déficits, tener fondos operativos y cancelar las deudas al 30 de junio de 2010 con los acreedores comerciales, dando cuenta a la Junta, cosa que poco hizo. En el 2010 también la Intendencia recaudaba $ 2.765.171.000 y el Presupuesto de Gastos estaba establecido en ese momento en 1.007:149.000. No se sabe, entonces, por qué el déficit”, señaló.
El legislador aseguró que “en el 2011 se vota un Presupuesto Quinquenal de U$S 1.051:000.000. En el mismo se quiso introducir una cláusula, en un artículo, para obtener préstamos más allá del período; para esto precisaba 21 votos, cosa que felizmente no salió. Así, sucesivamente, la situación económica mejora pero el déficit aumenta. La recaudación aumenta pero el déficit también aumenta, cuando debía disminuir. En el 2011 estamos en U$S 49.000.000 de déficit. En el 2012, U$S 30.000.000 de déficit. En el 2013, U$S 33.000.000 de déficit.
Además, el Director de Hacienda nos dice que los préstamos con banca privada pasaron de U$S 20.000.000 a U$S 41.000.000 y todavía nos pide U$S 10.500.000 más para el Centro de Convenciones. Por eso es importante, en el análisis del déficit y de cara a la presentación de los números para un próximo Gobierno, como corresponde dentro del ejercicio, que se adelanten los números municipales del 2014”, sentenció.
Ipharraguerre admitió que el intendente “tiene la obligación de enviarlos antes del 30 de junio de 2015” pero consideró “un imperativo ético mandarlos con anticipación para que el pueblo –que va a decidir su futuro y su futuro Gobierno– sepa, o tenga como elemento de juicio en su decisión cívica, cuál es el estado financiero de la Intendencia”.
Justificación
Al final de su alocución el legislador estimó que el déficit comunal “del 2005 a la fecha es un déficit del Frente Amplio” y aseguró que “no tiene justificación en épocas de bonanza, y menos cuando la recaudación aumentó; está comprometiendo el futuro de todos los partidos políticos y de toda la gente.
Este déficit se deriva de la mala gestión, del déficit en el cumplimiento de las normas constitucionales y legales del Tribunal de Cuentas, del déficit a la hora de utilizar y administrar la plata de la gente que paga sus impuestos, del déficit de compromiso con la gente en beneficio de un partido y una lista, del déficit de capacidad y del déficit de responsabilidad desde el 2005 al 2014. En cambio, el déficit del 2002 al 2005 es producto de la crisis, del infortunio, de la región y del viento en la cara. El déficit del 2005 al 2014 es un déficit del diputado Darío Pérez, socio político del intendente De los Santos, que se genera a partir de cargos creados pocos días después de votado el Presupuesto. Es un déficit, en definitiva, del Frente Amplio”, arguyó.
“También es un déficit moral, social, de vida, y el pueblo de Maldonado no lo sabrá tolerar. El Frente Amplio no puede seguir agudizando el déficit en Maldonado, perjudicando la esperanza, el futuro, la libertad y la democracia”, añadió.
Ipharraguerre solicitó enviar sus palabras al Tribunal de Cuentas de la República, a la IDM, a los ocho Municipios, a los candidatos a Intendente proclamados en Maldonado, al SUNCA, a las gremiales turísticas, gastronómicas y de servicios, a las organizaciones empresariales y obreras y a la prensa.
24 de los 25 ediles presentes acompañaron la iniciativa.