“La ‘opo’ y tú”, por David Rabinovich

Toda cadena es tan fuerte como su eslabón más débil. Toda coalición, tan progresista como su integrante más facho. Criterios válidos tanto para la oposición como para el oficialismo en cualquier realidad.


Ernesto Talvi justificó la integración de “Cabildo Abierto” a la coalición de gobierno que preparan para suceder al Frente Amplio: “Es un fenómeno que ya no se puede ignorar”. Todo parece indicar que CA tendrá una votación cercana al 10% y por lo tanto, una representación parlamentaria significativa. Blancos y colorados necesitarían los votos de Guido Manini para tener mayoría en el Parlamento. Luis Lacalle Pou lo vio hace rato y llamó a conformar una “coalición sin exclusiones” que incluya a Edgardo Novick y Pablo Mieres, aunque las encuestas parecen indicar que ninguno de ellos llegará al Senado.
«El Partido Independiente es de centroizquierda, socialdemócrata, que cree que el gobierno del Frente Amplio está agotado, que le hace bien al país la alternancia, pero que no va a avalar cualquier cambio», aseguró Pablo Mieres. La inconsistencia que significa considerar que Luis Lacalle y Ernesto Talvi son una ‘mejor alternancia’ que darle al Frente un nuevo período para gobernar le está costando a los Independientes una cantidad de votos difícil de estimar. Algunos parecen seguir la opción que ofrece Amado con su ‘Impulso Progresista’.
En nuestras repúblicas, las derechas neoliberales protagonizan una tercera ola de embates contra las izquierdas y los progresismos. Un tercera ola que parece en vías de rápido agotamiento a la luz de los acontecimientos: en primer lugar la anunciada derrota de Macri en Argentina, la victoria de Evo en Bolivia por 7 puntos sin contar los votos de territorios que le son particularmente afines, las protestas en Chile y Ecuador, la desligitimación de Bolsonaro… Parece que estamos frente a un ciclo mucho más corto que los anteriores: la segunda ola en los ’90 y la primera iniciada en 1973 con el golpe de Augusto Pinochet en Chile.
La visión que tienen de la política los grandes empresarios la resume bien Pérez Companc: “Gane quien gane no va a cambiar mucho el país ni sus políticas”. Las crisis recurrentes de los gobiernos progresistas tienen una explicación en esta realidad. El poder real impone límites, genera una profunda insatisfacción y la búsqueda de cambios; pero sólo se ofrecen giros a la derecha que generan rápidamente más desazón y rebeldías.
En el corazón de los conflictos está la capacidad de los diferentes estamentos de la sociedad para apropiarse de los excedentes que se generan, cada vez en mayor cantidad. La revolución tecnológica despliega un montón de bienes materiales e inmateriales. En lugar de aumentar el bienestar y el ocio de los trabajadores, la mayor productividad sirvió para incrementar el beneficio de los dueños del capital. “El colapso financiero de 2008 y la consecuente recesión no hicieron más que empeorar las cosas. En la actualidad, en vez de relajarse y disfrutar la vida, la mayoría de la gente trabaja más, en un intento desesperado por aferrarse a su empleo, o trabaja menos de lo que necesita para sostenerse.”1
El drama no está en la instalación masiva de los robots, que nos dejan sin trabajo, el problema es que pocas personas son sus dueños.
La derecha neoliberal nos quiere convencer que “si te va bien es solo por tu mérito personal, y si te va mal es lo justo, porque no fuiste lo suficientemente competitivo.” 2
Cuando se habla de derechos debemos tener claro que hay políticas (progresistas) que los reconocen y promueven mientras para otras visiones (neoliberales) son costos sociales y laborales que restan ‘competitividad’ y afectan la sacrosanta ‘rentabilidad’.
Afirma la oposición, en bloque, que “nunca hubo tanta plata (para educación) y “nunca tan malos resultados”. Talvi, señaló que “la educación pública de calidad es el gran igualador real de oportunidades”. Para demostrar que eso funcionó bien en una época pasada, pero se ‘perdió’ (¿gracias a los gobiernos del FA?) sostuvo: “basta con mirar los números”…“38 de cada 100 chiquilines terminan el liceo a nivel nacional”. Es una cifra muy baja por cierto, pero el análisis requiere tomar en cuenta cómo evoluciona la matrícula de Secundaria y UTU. La incorporación masiva de alumnos – que en su inmensa mayoría vienen de los estratos bajos de la sociedad – plantea nuevos desafíos, otras exigencias y es esperable que no muy buenos resultados, en principio, en materia de egresos.
Descentralizar la universidad y la creación de la Universidad Tecnológica (UTEC) es también parte de esa realidad en proceso de cambios. Para un montón de muchachos, que en otra realidad ni se planteaban estudiar en Secundaria y para otro montón que son primera generación de universitarios en la familia, lo del ‘fracaso total’ es relativo y cuestionable.
La semana pasada se inauguró el liceo Bernabé Rivera, ubicado en Artigas. Asisten 96 alumnos de ciclo básico y bachillerato diversificado en un solo turno. La obra se suma a los 350 centros educativos llevados adelante en esta administración y su inversión superó los 38 millones de pesos. (Fuente: Presidencia de la República). La oposición en el gobierno asegura la discontinuidad de estas políticas y volver al elitismo educativo. También amenaza con transformar el derecho a la educación en un bien más del mercado. Como en Chile: ¿viste?
Podemos hablar de salud. “Entre las 222 obras realizadas, las de los hospitales Maciel, Pasteur y Pereira Rossell, en Montevideo, y San Carlos, Las Piedras, Paysandú, Tacuarembó, Rocha, Maldonado y Canelones.” El Dr. Marcos Carambula valoró también el aumento salarial del personal de salud en el Estado. Entre 110 y 170 %, en 10 años.
O de la Secretaría Nacional de Deportes. El Plan de Obras, la Ley Nacional del Deporte, los Juegos Deportivos Nacionales, el programa Entreno y Estudio y el Proyecto de Intercambio Deportivo con China, son algunas de las iniciativas impulsadas en este período de Gobierno.
También de obras (a condición de recordar tiempos pasados y por ejemplo cómo estaba la Ruta 11). La reconstrucción de la ruta 25, entre Young y el cruce con la ruta 90, se inauguró el pasado miércoles 16 de octubre. 41 kilómetros de carpeta asfáltica para el transporte de madera, granos y vehículos que se trasladan hacia las Termas de Almirón, en Paysandú. En obras viales se han invertido 500 millones de dólares anuales.
En materia de empleo hay problemas, sí. Pero desde 2005 hasta ahora pasamos de 1.100.000 a 1.400.000 puestos de trabajo.
Si hablamos de trabajo, Ernesto Murro lo explica bien: “Cuando Talvi y Lacalle Pou quieren reducir los Consejos de Salarios y la negociación colectiva, lo que están queriendo decir es “vamos a reducir lo que ganan los trabajadores, 1.600.000 personas; vamos a reducir lo que ganan los jubilados, 700.000 personas; vamos a reducir lo que ganan las pequeñas empresas”, que se benefician directamente de la mejora del consumo, y el consumo mejora cuando mejoran los salarios y las pasividades. Entonces, lo que se está discutiendo en la OIT y en esta campaña electoral es cómo se reparte la torta.”
Vale ver lo que se promete y recordar cómo se votó. Porque la ‘opo’ dijo No al Fonasa, a la creación de la UTEC, a la creación del FONDES, al Hospital de Ojos y No a la creación del sistema de áreas protegidas.
No apoyaron el matrimonio igualitario, ni la ley integral para personas Trans. Tampoco la regulación de producción, venta y consumo de cannabis. Ni a la ley de interrupción voluntaria del embarazo. Se opusieron a la ley contra la violencia hacia las mujeres basada en género, a la ley de reproducción humana asistida y la extensión de la licencia de paternidad y maternidad. Tampoco acompañaron al fondo de garantías para acceso a viviendas a jóvenes e inmigrantes, el CUDIM, el Plan Ceiba y el Ibirapitá. Los opositores votaron No al reconocimiento de los artistas como trabajadores y sujetos de derechos, a la ley de concubinato, a las parejas de homosexuales que quieran adoptar, al derecho a la identidad de género. ¡Cuántas de estas leyes pueden ser derogadas sin mucho trámite! (Y sin discusión).
Blancos y colorados se opusieron a la jornada de 8 horas para el trabajador rural y se oponen al formato actual de los Consejos de Salarios. Dijeron No a la ley de responsabilidad penal del empleado, a la ley de insolvencia patronal, al fondo de garantías de Créditos Laborales, a la creación del INEFOP, a la ley de trabajo doméstico y se opusieron hasta a la inserción laboral de la población afrodescendiente.
Al pasar lista parece que nada les sirve. No votaron la ley de Inmuebles Urbanos vacíos y degradados, el SUCIVE (Patente única), la inclusión financiera, la ley de cuotas en Parlamento, intendencias y municipios, la ley de financiamiento de los partidos, ni la ley de lavado de activos. No apoyaron la nueva Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas, ni la reforma de la Caja Militar. No votaron ni la ley de Bolsas Plásticas. La creación de la Universidad de la Educación tampoco la apoyaron porque se oponen a la autonomía y al cogobierno de claros fundamentos democráticos.
Tampoco apoyan – dicen que en defensa de las autonomías municipales – el ingreso por concurso y/o sorteos en las intendencias. La discrecionalidad para contratar ‘pasantes’ les rinde pila.
1 https://nuso.org/articulo/luces-y-sombras-del-ingreso-basico-universal/
2 https://latinta.com.ar/2019/09/la-meritocracia-nos-hunde/

1 COMENTARIO

Comments are closed.