El candidato Luis Lacalle Pou dijo que el resultado de las últimas encuestas, que dan 43% de intención de voto al Frente Amplio y 33% al Partido Nacional permiten avizorar que el Uruguay del “mandar por imposición” será dejado atrás por el “mandar por convicción”. Por ello pidió llevar adelante una campaña limpia que evite que las diferencias entre los sectores políticos se acentúen por los agravios y los insultos. Lacalle Pou participó este miércoles de la cena de recaudación de fondos organizada por el candidato a diputado y actual alcalde Martín Laventure. El encuentro se realizó en el Salón Montecarlo del Hotel Conrad de Punta del Este.
-¿Cómo le cayeron los resultados de la ultima encuesta de Cifra?
-No soy analista político. Pero lo que queda claro, sobre todo lo que dicen los que saben más que uno de esto, es que hay segunda vuelta, que ningún partido va a tener una mayoría predeterminada y que no se sabe quién va a ganar las elecciones. Yo me quiero detener en lo más importante: es la necesidad de dialogar. Se terminó mandar por imposición. Quizás vuelva al Uruguay, por suerte, mandar por convicción. ¿qué quiere decir eso? Que no por el solo hecho de tener uno o dos legisladores más la verdad es mía. Voy a necesitar del diálogo, voy a necesitar del otro. Y si eso se da en el Parlamento creo que se va a dar más representativamente en la sociedad. Me parece una muy buena cosa volver al diálogo. Pero para lograrlo, algo que para nosotros es fundamental, hay que hacer una campaña limpia, una campaña de cercanía. ¿Cómo hago yo para unir, para dialogar con otros, si lo que hago es descalificar, insultar o menospreciar. Por eso el camino que uno elige para llegar a un lugar es tan importante como el lugar elegido.
-¿Considera que los números suyos van a seguir creciendo?
-Yo trabajo para modificar a la opinión pública. Las encuestas son termómetros ante la opinión pública. Nuestro olfato algo nos dice, pero vamos a ver. Nunca tenemos que perder la humildad y tener las patitas bien pegadas al piso. Cuanto más arriba estás en política más obligaciones y menos derechos.
-¿En estos treinta días piensa cambiar de estrategia?
-No. Esto no es una estrategia. Es una forma de entender la vida que, obviamente, lleva a tener un control sobre las cosas que uno recibe, algunos estímulos. Algunas veces uno opta por callar. No por respeto a los que dicen algunas cosas, sino por respeto a la ciudadanía. No vale cualquier cosa para estar cerca de la urna, no vale cualquier cosa para llegar al poder. La alternancia en el poder es sana para las sociedades. No se puede aferrar a la urna, aferrar al poder y decir cualquier cosa de los demás. Para nosotros no vale. Si alguien espera que cambiemos en realidad estaremos faltando a nuestra identidad.
-¿Qué opina de lo que dijo Michelini sobre que el senador Pedro Bordaberry será su ministro del Interior en caso de que usted gane las elecciones?
-No. A Michelini no. Con todo respeto. Pero no le contesto.
-¿Será del Partido Nacional el ministro del Interior?
-Sí. Es un ministro de vital importancia para el gobierno. Es el ministro de gobierno. Sobre todo cuando estamos en una emergencia de seguridad pública.
-¿Tiene nombres?
-Con Jorge manejamos sueños de gobierno. Y cuando hablamos de estos temas en los kilómetros que hacemos juntos tomando termos de mate vamos hablando. Uno se lo va imaginando. Por respeto a la gente, porque la fórmula optó por ir hablando mesuradamente cuando convenga. Ya se van a enterar.
-¿El dólar cerró a casi 16 pesos argentinos en el vecino país. Además, los importadores que compren bienes uruguayos deberán pagar ahora un dólar mucho más caro que el oficial. ¿Cómo observa este escenario?
-Hace pocos estábamos con el uno a uno en el tema de las exportaciones e importación en Argentina. Esto, aparentemente, se estaría sustituyendo por otro mecanismo. Es muy difícil, a veces, comerciar con alguno vecino que lo necesitamos cuando hay una economía formal e informal que termina separando las distintas monedas. Sobre todo cuando algún parámetro se puede llegar a utilizar desde el punto de vista oficial. Es muy complejo. Me parece que ahí nuestra Cancillería tiene muchísimo por hacer.
-¿Piensa que esa es la principal restricción que enfrentará el próximo gobierno o también pueden influir de forma negativa las decisiones que adopte la reserva federal de los Estados Unidos?
-Fortalezas, debilidades, amenazas, oportunidades. Hay de todo un poco. En el caso de Argentina me parece que la sustitución de una de las partes de este conflicto que a veces llega a términos personales será muy importante. Va a generar un refresque en las relación la sustitución de una de las partes. No me compete meterme en la política argentina. Me podrá gustar más o menos quien gobierne, pero nosotros tenemos que relacionar a los pueblos a través de los gobiernos y no yo porque tenga buena o mala onda con alguien. Nosotros pretendemos bajarle un escalón a las relaciones internacionales, que no sea pico a pico o mano a mano entre los presidentes. Que sea entre las Cancillerías mandatadas, obviamente, por el presidente. El cambio de la política monetaria estadounidense va a hacer que los dólares vuelvan a su lugar de origen, y que la inversión extranjera de América del Norte en América Latina y en Uruguay pueda llegar a mermar. Hay que estar siempre atento a ese tipo de fenómeno porque sabemos lo que sucede cuando hay menos dólares. Tanto en el tipo de cambio como en la inversión puesta a trabar.
-El doctor Tabaré Vázquez tiene una muy mala relación con la presidente argentina. En eso usted tiene un plus. ¿La conoce?
-No la conozco personalmente. No se trata de un plus o no. Me animaría a decir que quien sea electo presidente del Uruguay entiende la relación de los pueblos a través de los gobiernos, no importa si hay buena o mala onda. No importa si hay buena química o no. Ojalá la haya. Eso lo trataremos de hacer.