
“Esperamos que la enorme cartelería que quedó ‒que no pertenece a nuestra fuerza política‒ sea retirada en tiempo y forma, porque afea la ciudad”. El anhelo fue formulado en la última reunión del legislativo comunal por el edil frenteamplista Daniel Ancheta, en el curso de una larga alocución. Los carteles que se pudieron ver y que aún se ven en las calles del departamento, son de todos los partidos políticos. Mientras tanto ayer, el edil blanco Rodrigo Blás informó que elevó una nota al jefe comunal para anunciar la presentación de un proyecto de ordenanza. Su idea no es solo el retiro de la publicidad sino prohibir “la colocación de cartelería política en los espacios públicos del departamento de Maldonado”.
La lucha contra esa extraña costumbre nacional comenzó hace unos 25 años a través de algunos medios de prensa. El gobierno comunal de entonces se hizo eco y comenzó a reglamentar y luego a limitar la colocación de carteles para disminuir los perjuicios que causaban a la estética de la ciudad. En ese entonces, muchos avisos eran de papel y quedaban adheridos a las paredes por años, deteriorados completamente por los embates del sol y la lluvia. Por lo demás, las ciudades quedaban completamente tapadas de carteles sin que nadie se ocupara de retirarlos.
Ahora, pasados los años, el edil Blás elevó su propuesta basado en la necesidad de reducir la contaminación visual y propiciar el sentido de responsabilidad ecológica y la madurez política. De ser aprobada, la ordenanza impulsada por el legislador entraría en vigencia a partir de la lección nacional del mes de octubre.
Atentado
A juicio del edil, “la cartelería política atenta contra los paisajes naturales y la estética o arquitectura urbana, deteriora la belleza del entorno, destruye la perspectiva de las calles, obliga a soportar una sobreestimulación de publicidad y perjudica la seguridad vial dado que pueden causar distracciones”.
“En lo que refiere a la estética de la ciudad: la colocación de cartelería política altera la imagen del paisaje urbano y genera un impacto visual invasivo cuando hoy en día hay variadas formas de publicitar el mensaje de los tradicionales carteles”, indicó el fundamento del proyecto.
Además, “viento y carteles conforman una mezcla riesgosa para peatones, vehículos y estructuras ya que, como ha sucedido en la reciente elección interna, muchos carteles son desprendidos y arrastrados a varios metros con los peligros que eso acarrea”.
“La mayoría de los de los carteles son colocados en columnas, con alambres, lo que causa la rotura de éstas o el daño a la pintura con el resultado de que la IDM debe repararlas, sustituirlas o volver a pintarlas; también se colocan en árboles del ornato público con el consabido daño para el ejemplar y también ocasionando a la larga gastos para las arcas municipales”, señala el escrito.
Preservación
El proyecto aclara que la normativa “no apunta a cercenar la libertad de los ciudadanos en dar a conocer una propuesta electoral, ni atentar contra una de las tradiciones más populares de los grupos políticos, sino que busca preservar y manejar con responsabilidad ecológica y madurez acorde a los tiempos, una situación que alcanzó extremos negativos. Más allá de que con éxito, y sin perjuicio electoral, se ha prohibido en algunos lugares, y limitado en otros, la colocación de cartelería política, entendemos necesario extender la prohibición a todo el territorio departamental, en todos los espacios públicos, columnas, canteros o similar, así como en los elementos del ornato público”, indicó el texto elevado a la comuna.
Según trascendió, el proyecto está siendo redactado y se presentará en los próximos días.