
En un invierno que se presenta muy quieto en Punta del Este, el proceso de adjudicar un nuevo casino privado para el balneario pinta de antemano como una función para alquilar balcones. Según se sabe, el presidente Tabaré Vázquez, actuando con los ministros Liliam Kechichián y Danilo Astori, aprobó el pasado lunes 3 de junio el pedido de FOSARA SA para instalar una segunda sala de juego privada en el balneario. La resolución presidencial habilitó el proceso competitivo incluido en el artículo 19º de la Ley 17.555 conocida como ley “de iniciativa privada”.
En esta primera etapa, la ley establece que todas las actuaciones son confidenciales. El trámite ingresó ahora a lo establecido en el inciso B, que marca un plazo de 120 días para presentar los estudios de factibilidad a cargo del inversor, entre otros trámites. “Cumplida dicha etapa a satisfacción de la administración, ésta dispondrá de un plazo de 120 días contados a partir de la conformidad prestada a los estudios de factibilidad para convocar a una audiencia pública, llamar a licitación pública o promover el procedimiento competitivo que se determine por razones de buena administración. En caso de que esto no ocurra, el promotor mantendrá todos los derechos por un plazo de dos años”, indica la norma.
En caso de concretarse el procedimiento competitivo, Cipriani tiene el derecho de beneficiarse con un porcentaje no menor al 5%, ni mayor al 20% sobre el valor ofertado. En caso de perder contra otro inversor, la ley habilita a Cipriani a mejorar la oferta. Todo aquel interesado en participar de este proceso competitivo deberá tomar en cuenta que el nuevo casino deberá habilitarse en la manzana 815 de Punta del Este, que, como se sabe, fue adquirida en U$S50:000.000 por Cipriani.
“La parte política dice que se necesita una licitación pública, de acuerdo a lo que establece la ley de iniciativa privada. En junio, por lo que tengo entendido, el gobierno llamará a licitación. Si nadie se presenta en un plazo de treinta días, entonces nos concederían la licencia”, adelantó el propio Cipriani en nota a El País el pasado 5 de mayo.
Noticia
Según se estima, quien podría presentarse a la licitación y complicar las cosas al Grupo Cipriani podría ser la firma Baluma SA, propietaria del casino privado existente en el hotel Enjoy. Esa empresa, de capitales chilenos y estadounidenses, es la heredera del proceso iniciado a comienzos de los años noventa por un grupo de accionistas de distintas nacionalidades asociados con el gigante hotelero Conrad International Hotels Corporation. Este grupo de accionistas ganó el llamado a licitación pública internacional realizada en 1991 por el gobierno de entonces, encabezada por Luis Alberto Lacalle.
En esa oportunidad, ese grupo ofertó, entre otras cosas, pagar un millonario canon anual por la explotación del casino privado y comprar, además, el predio que actualmente ocupa en U$S9:000.000.
Como contrapartida, el gobierno se comprometió a no conceder más salas de juego en una determinada área salvo que se invirtiera como mínimo la suma aportada por Baluma para construir el hotel y el casino. Esa inversión, a mediados de los años noventa, fue de U$S 207:000.000.
“A fin de asegurar un marco de seguridad a la inversión a efectuar por BALUMA S.A. sin que suponga el otorgamiento de un derecho de exclusividad en la concesión de explotación de una Sala de Juego, el Estado estima conveniente, además, obligarse a no otorgar nuevas concesiones a persona físicas o jurídicas privadas, durante la vigencia de la concesión, salvo que el eventual concesionario, además de cumplir con todas las exigencias del Decreto Nº 588/975 de 24 de julio de 1975, realice una inversión en moneda constante en un hotel de lujo, equivalente o superior a la que realizara BALUMA S.A. en la actual licitación y pague también un canon anual equivalente o superior al que pagará dicha empresa”, reza el contrato firmado entre ambas partes en aquella oportunidad.
El citado documento, además, estableció un área geográfica de protección de la competencia alrededor del complejo hotelero, que quedó establecida al este por el extremo oeste de la Laguna Garzón y el extremo sureste de José Ignacio. Por el oeste, el extremo sur del camino entre ruta 93 y la ensenada del arroyo El Potrero, la intersección de las rutas 9 y 93 y el arroyo Anastasio en la ruta 9.
De hoy y siempre
Para habilitar un nuevo casino privado el interesado debe invertir más de U$S207:000.000, la cifra aportada por Baluma SA para levantar el entonces Hotel Conrad de Punta del Este. Pero, ¿qué dólares? ¿La cifra de esa época o los dólares ajustados a valores constantes?. Nadie sabe contestar esta interrogante.
De acuerdo a los cálculos efectuados en portales expertos en el tema, como el del propio Departamento del Trabajo de los Estados Unidos, los U$S207:000.000 de 1997 equivalen a U$S 327:901.828 del presente, tomando como promedio una inflación registrada en los Estados Unidos del 2,11% anual.
Ante una consulta al respecto, el propio Cipriani aseguró que la inversión de su complejo supera largamente esa cifra. En meses anteriores se ha dicho que el grupo invertirá entre 400 y 450 millones en el emprendimiento hotelero y el casino.
El cuarto casino privado de la historia
De finalizar con éxito este proceso, el proyectado por Cipriani será el cuarto casino privado que tendrá Punta del Este en toda su historia. Si bien en 1909 ya había juegos de ruleta clandestina en el balneario, el primer casino privado fue el Nogaró, regenteado por los hermanos Modesto y Emiliano Sagasti, entre 1938 y 1948. La segunda sala de juego privada fue propiedad de la firma FOSARA SA inaugurada en 1948 en el ahora demolido hotel San Rafael y que mantuvo esta condición hasta 1958. Una vez vencidos los diez años de explotación privada, ambos casinos pasaron a manos del estado. El San Rafael, a comienzos del presente siglo, cerró sus actividades. El Nogaró sigue adelante con un pedido de desalojo por el incumplimiento en el pago de alquileres, trámite iniciado por sus propietarios, los integrantes de la familia Sagasti.
El tercer casino privado de Punta del Este es que el que actualmente se encuentra en el complejo Enjoy inaugurado en 1997 con un plazo de explotación de veinte años. El periodo de concesión fue renovado por otros veinte años a partir del 1º de enero de 2017.