
En respuesta al incontrolable déficit fiscal “celeste” de la administración Mujica que alcanzó en 2013 a us$ 1.755.000.000, y en todo el período 2010/2015 se estima llegará a más de us$ 7.000.000.000 (léase pérdidas de todos los uruguayos), el presidente respondió que el Uruguay tiene un “nivel de reservas internacionales bruta” que alcanza los “U$S 18.200 millones” y señaló que dichas reservas significan “una especie de seguro ante adversidades que pueden aparecer” y que “hay que hacerle frente”.
Para quienes no están habituados a estos conceptos, diremos que las Reservas Internacionales consisten en depósitos de moneda extranjera controlados por el Banco Central (BCU). Las reservas internacionales funcionan como un indicador económico, mostrando los recursos de que dispone el país para hacer compras en el extranjero, transacciones en las cuales sólo son aceptables divisas fuertes como medio de pago y estas divisas demuestran la capacidad del país para financiar sus importaciones, la fortaleza de la moneda local emitida y los depósitos de otros bancos en el BCU.
Las reservas permiten al BCU reducir la volatilidad de la moneda emitida y proteger al sistema monetario de un shock de ataques especulativos. Mantener reservas internacionales altas asegura una alta liquidez internacional que permite aminorar los costes de ajustes frente a desequilibrios externos y asegura la viabilidad del sistema cambiario.
La posesión de grandes reservas le da al país una mayor habilidad para manipular el mercado monetario y el tipo de cambio. Sin embargo, la posesión de grandes reservas causa altos costos fiscales y sobran ejemplos de gobiernos que han sufrido grandes pérdidas por la gestión de la cartera de reservas debido a la aparición de una crisis monetaria y el consecuente desvanecimiento de las reservas.
La Tasa de Política Monetaria de 9.25% anual impuesta por el BCU provoca hace años la llegada de flujos de capitales especulativos a nuestro país a través de las licitaciones convocadas por el Banco Central para la emisión de deuda pública en UI. Estos capitales en dólares los venden, compran deuda en UI y en un año se le devuelven los pesos invertidos ajustados por el aumento del IPC. Si vuelve a comprar los dólares al mismo precio al que los vendió consigue una ganancia del 12 por ciento en dólares.
No obstante, las altas reservas internacionales traen consecuencias. Mantener reservas altas induce al BCU a comprar dólares especulativos emitiendo pesos. Esta enorme masa de reservas le costó al país sólo en 2013 la suma de 446.000.000 de dólares. Luego de la compra de dólares, el BCU debe retirar los pesos emitidos de la circulación monetaria generando crecimientos insostenibles de la base monetaria.
Al Uruguay recuperar el grado de inversión, le permitió a los inversores extranjeros se dieran una gran fiesta, invierten en títulos del gobierno uruguayo recibiendo 9.25% y toman dólares al 0.025% en el mercado internacional.
Hace varios años que Uruguay tiene reservas internacionales en exceso cuyo costo de oportunidad supera el 0.5% del PIB. De ajustarse dichas reservas a un nivel razonable para la economía, el gobierno podría reducir el déficit fiscal, bajar algunos impuestos y el endeudamiento progresivo de los últimos años 8 años dejando de beneficiar a capitales extranjeros y especulativos.
Además, mejoraría la competitividad de los exportadores y se dejaría de financiar el consumo de bienes importados que ha llevado a las familias a alcanzar un fuerte endeudamiento para comprar bienes de consumo abaratados y de baja calidad. Dichos recursos mal gastados deberían atender la inversión en infraestructura, en vivienda, en salud y en seguridad.
A festejar por las altas reservas internacionales!!! y los celestes déficits fiscales!!!