
Repleta de público ávido de ver buen cine, el 18º Festival de Cine de Punta del Este tuvo este sábado su puntapié inicial con la proyección de la película cubana “Conducta”, cuyos principales protagonistas y su director estuvieron presentes.
Entre el público se destacó además la presencia de autoridades nacionales y departamentales, protagonistas y directores de las películas en exhibición, y una vasta cantidad de periodistas especializados en cine que llegaron desde varios puntos de Latinoamérica.
En sus palabras de bienvenida, la directora general de Cultura de la Intendencia, Marie Claire Millán, señaló las ventajas de este festival de cine independiente, dejando en claro que el público está acostumbrado a ver casi exclusivamente cine de Hollywood, que “a veces es bueno pero otras tantas no lo es”.
En este sentido reflexionó sobre la particularidad de las temáticas de las películas que participan del evento, señalando que “cuando este festival termine, no seremos los mismos”.
Por su parte Alejandra Trelles, encargada de programación del festival, aprovechó la instancia para recordar la importancia de la actividad como promotora de un cine para “un público formado, exigente y crítico”. En este último punto, Trelles se detuvo para referirse a la crítica cinematográfica y recordar que en estos últimos años “desaparecieron prácticamente dos generaciones de críticos: Roland Meltzer, Oribe Irigoyen, Jaime Costa, Hugo Rocha, y Manuel Martínez Carril”. Todos ellos con un reconocido pasaje por el Festival de Cine de Punta del Este.
Notoriedad
La intendente de Maldonado, Susana Hernández remarcó la importancia que tiene el fenómeno cinematográfico por su capacidad de “colocarnos en el presente, el futuro y el pasado”. También celebró la presencia de autoridades de nivel nacional, lo que consideró una señal de la notoriedad que ha conseguido el festival en estos últimos años.
La parte oratoria continuó con la participación de la ministra de Educación y Cultura, María Julia Muñoz quién se mostró emocionada, en primer lugar, por estar inaugurando su cargo al frente de la cartera de Educación y Cultura (tomó posesión el 1º de marzo) y por estar participando por primera vez en el Festival de Cine. Al respecto, remarcó una coincidencia que ya había sido señalada por el director Nacional de Cultura, Sergio Mautone: toda la parte oratoria de la noche estuvo a cargo de mujeres. Esta reflexión se llevó un aplauso del público presente.
Cerrando la actividad se proyectó la película cubana “Conducta” que contó con la presencia de sus protagonistas: la actriz Alina Rodríguez y el joven actor (15 años) Armando Valdez. La delegación cubana también estuvo integrada por Geraldine León, asistente de dirección de la película. En sus palabras de agradecimiento, Alina Rodríguez se refirió a la situación de Cuba y al buen vínculo de su país con el “pueblo uruguayo”. En referencia a su película comentó que es un film “honesto y cariñoso” que muestra un “mundo malo y una sociedad que no es perfecta, pero que esperamos que sea mejor”.
Lo que sigue
A continuación se ofrece la programación para este martes en las tres salas habilitadas. Hay cine itinerante y proyecciones en diversas localidades, lo que se puede consultar en la página web de la comuna:Sala Cantegril
17:30 Big Eyes: Retrato de una mentira (106’) de Tim Burton, Estados Unidos-Canadá
19:30 Leviathan (140’) de Andrey Zvyagintsev, Rusia
22:00 Ocho apellidos vascos (98’) de Emilio Martínez Lázaro, España
Rafa, un muchacho andaluz, sevillano de pura cepa, con el pelo engominado, fan de “Los del Río” e hincha del Betis, a quien lo que más le gusta es el vino y las mujeres, conoce a una mujer que le cambia la vida. Se trata de Amaia, una chica vasca. Rafa se traslada al pueblo de las Vascongadas, decidido a conquistarla; para lograr un mayor acercamiento, acepta la propuesta de Amaia de hacerse pasar por vasco por tres días frente a su padre. Intentando lo imposible, Rafa inventa su personaje, cambia primeramente sus ocho apellidos, que pasan a ser Arguiñano, Igartiburu, Erentxun, Gabilondo, Urdangarín, Otegui, Zubizarreta y Clemente. Si bien los sevillanos se jactan de ser sueltos, sociables y de mente abierta, el estereotipo de los vascos refiere a gente gruñona, nacionalistas y siempre a la defensiva. Esta divertida comedia, la película más taquillera de la historia de España, basa su encanto en los matices de ambas regiones, en el choque de mentalidades, en la superación de las barreras y el intercambio cultural.
Casa de la Cultura
17:30 Cumbres (81’) de Gabriel Nuncio, México
19:15 En un patio de París (97’) de Pierre Salvadori, Francia
21:15 Atlántida (88’) de Inés María Barrionuevo, Argentina-Francia
El hastío se impone en un caluroso y seco verano de un pueblo cordobés, y especialmente en la casa de Lucía y Elena. Si la primera no logra concentrarse en sus estudios, la segunda se encuentra de pésimo humor; no sale de su irritación por un pie enyesado que la obliga a estar postrada, y por lo tanto se dedica a mortificar a su hermana, exigiéndole cosas constantemente. Corre el año 1987 y no parece haber mucho para hacer. Para colmo, la luz eléctrica no dura más de diez horas seguidas. Ambas hermanas lograrán salirse de su estupor e iniciar un pequeño recorrido, que a su vez es un viaje de descubrimiento y maduración. Sutil, cálida, brillantemente orquestada, una película que demuestra notablemente lo intangible: los cambios hormonales, la libido que desborda, la frustración de sentirse mayor sin libertades; la existencia durante una etapa vital en que la incertidumbre trae consigo el encanto de lo impredecible.
Sala Nogaró
18:00 Mono con gallinas (85’) de Alfredo León, Ecuador-Argentina
20:00 El infiltrado (87’) de Shariff Korver, Países Bajos
21:30 NN (94’) de Héctor Gálvez, Perú-Colombia
Si hay una profesión que ha sido poco explorada por el cine, ésta ha sido la de los antropólogos forenses. En parte por eso esta película se ve como algo tan original: se trata de un acercamiento a un equipo que trabaja en el reconocimiento de cuerpos reaparecidos y no identificados de la violencia militar contra los militantes de izquierda de los años ochenta y noventa, en Perú. Pero es difícil hablar con los muertos y, luego del descubrimiento de una tumba colectiva, los restos de un varón no parecen arrojar señales sobre su identidad. Lo único que puede verse junto al cuerpo es la foto algo borrosa de una chica, y a partir de ella comenzará una investigación para la recuperación de una identidad. Un riguroso formalismo y registros cromáticos oscuros que viran frecuentemente al verde-gris, reflejan el pesimismo promovido por un sistema burocrático al que no le interesa revolver asuntos del pasado y que pone trabas al trabajo de estos profesionales. Cierto eventual humor, más la empatía y la humanidad del abordaje, alivianan un poco al opresivo cuadro.