
Con la llegada de los primeros camiones cargados de piedra, comenzaron ayer las obras de apuntalamiento del puente afectado con las que se pretende, siempre y cuando el plan trazado se pueda llevar adelante y estén dadas las condiciones de seguridad, habilitar el tránsito turístico para el mes de diciembre.
Las autoridades de la intendencia remarcaron que estos trabajos no son una reparación y que la misma se realizará luego de la temporada.
La primera etapa demandará un mes y medio y se requerirán unos 200 camiones de piedra para armar cuatro ataguías, que son diques con los cuales se busca llegar al punto necesario sobre el arroyo para la instalación de pilares que permitirán apuntalar el puente.
El director general de obras de la IDM, Darío Camacho resaltó ayer la rápida actuación de la intendencia al cerrar el puente e iniciar los estudios necesarios para realizar los diagnósticos apenas se encendió “la luz anaranjada” y reconoció que se trata de un tema “muy delicado y de alta sensibilidad” por lo que se pondrá “toda la carne en el asador” y se trabajará coordinadamente con los ministerios de Ambiente, Interior y Defensa.
Además, tal como ya había informado el jefe comunal y como se puede apreciar a simple vista, el jerarca también dijo que desde el cierre del puente a la fecha, la situación se ha ido agravando, motivo por el que se buscó un plan B. Este plan b no prevé, por razones de seguridad, trabajos debajo del puente, ni tampoco sobre él, sino en las cabeceras. Para llegar a la temporada no se podrá perder ni un solo día, por lo que está previsto la utilización de generadores para trabajar en horas de la noche.
El informe técnico elaborado por el ingeniero Eduardo Carrera, difundido por la IDM en las últimas horas, da cuenta del apuntalamiento que el puente requiere para poder ser transitable en el corto plazo.
Carrera, que estuvo este martes supervisando la construcción de las ataguías explicó que el apuntalamiento se realiza en el agua. Se realizarán cuatro ataguías, que no llegarán a tapar el cauce del río y que son fundamentales para llegar al lugar donde se requiere construir pilotes que van a servir para poner dos vigas transversales al puente y así apuntalarlo para permitir el tránsito con vehículos livianos. Mientras esto se lleva adelante, está totalmente prohibido el pasaje tanto por el puente como por debajo del mismo.
El ingeniero aseguró que es prematuro hablar de defectos de construcción y que “eso requerirá muchos estudios”. Por otra parte, subrayó que se trabaja con Ramón C. Álvarez, empresa que lo construyó, con el aporte de datos, planos e información de cálculo.
Consultado por el futuro de la construcción Carreras indicó que no se puede afirmar que vaya a eliminarse y tampoco pudo dar una cifra porque se están comenzando los trabajos. Sin embargo, fue claro en señalar que no se considera un puente extra y que el actual, una vez concluido el apuntalamiento, se podrá liberar si están dadas las condiciones de seguridad.
