
En el marco de las conferencias internacionales desarrolladas por el Instituto Sudamericano para la resiliencia y sustentabilidad SARAS desde 2010 en Uruguay, se reunirán en Maldonado destacados científicos nacionales e internacionales para trabajar y disertar sobre resiliencia: la colaboración arte-ciencia para la sustentabilidad.
La misma tendrá lugar el próximo lunes 15 de diciembre en el Centro Universitario de la Región Este (CURE) en Maldonado, bajo el título “Imaginando la Resiliencia: colaboraciones Arte-Ciencia para la sustentabilidad.”
Steve Cerpenter (Estados Unidos), Laurie Beth Clark (Estados Unidos) y Pablo Marquet (Chile) serán los responsables de la organización del taller y conferencia. El primero se concentrará en las oportunidades y desafíos emergentes a partir del encuentro entre disciplinas históricamente separadas: la ciencia y el arte. La conferencia pública busca integrar estas perspectivas con otros actores regionales y nacionales involucrados en estos temas.
El plantel de científicos estará compuesto por Stephen Carpenter (University of Wisconsin), Carl Folke (Stockholm Resilience Center), Marten Scheffer (Wageningen University), Osvaldo Sala (Arizona State University), Miguel Van Esso (Universidad de Buenos Aires), Henrik Österblom (Stockholm Resilience Center), Eduardo Viola (Universidade de Brasília), Lisen Schulz (Stockholm Resilience Center), Mariana Meerhoff (UdelaR – SARAS2), Michael Peterson (University of Wisconsin), Nestor Mazzeo (UdelaR – SARAS2), Laurie Beth Clark (University of Wisconsin), entre otros.
La resiliencia
El hoy es el resultado de lo que pasó ayer. Nuestro presente no es independiente de nuestra historia, la niñez y los amigos que marcaron nuestra infancia, nuestro primer amor, los colores, aromas o sabores favoritos. Nuestro sistema tuvo a cada momento que irse adaptando a cambios internos y externos. Luego de una caída nos levantamos y logramos salir adelante. Muchas veces resistimos a esos cambios. Otras veces necesitamos de algunos días para digerir los problemas y volver a ser los de antes. A este último fenómeno se le llama resiliencia o ser resiliente.
Este concepto se aplica de forma análoga en otros sistemas. Los ecosistemas guardan en su memoria diferentes momentos del pasado y se comportan en base a ello. El ambiente presente refleja procesos acontecidos en distintos momentos y lugares. Las acciones que realizamos en el presente tendrán impactos a lo largo de distintos momentos futuros.
Estamos en medio de procesos que impactarán a nivel de sustentabilidad tanto en el corto, mediano y largo plazo. Somos parte de sistemas dinámicos y complejos, los que, además de ser difíciles de visualizar, carecen incluso de un lenguaje suficiente para entenderlos y poderlos comunicar.
La información debe ser accesible para distintos tipos de individuos y comunidades si es que queremos pensar en el futuro de los ecosistemas y en consecuencia, en el bienestar humano. Para hacerlo necesitamos tanto datos como imaginación. En este sentido el desafío involucra tanto a artistas como a científicos. Sin embargo, son escasas las oportunidades de encuentro y contacto entre ambos en sus ámbitos de formación o trabajo.
Pronostican “sabanización” de América del Sur
Según investigaciones lideradas por el Instituto Sudamericano de Estudios de Resiliencia y Sustentabilidad (SARAS), si no se adoptan medidas, en los próximos años áreas de bosques van ser remplazadas con pastizales salpicados por arbustos o árboles pequeños.
Tanto por efecto del cambio climático como de la actividad humana directa, en los próximos años podría producirse una drástica “sabanización” de América Latina, esto es, el reemplazo de las áreas cubiertas de bosques por sabanas o pastizales salpicados con plantas leñosas de bajo porte.
Así lo advirtió el doctor en agronomía Osvaldo Sala, miembro electo de la Academia Americana de Ciencias y Artes e integrante del Instituto Sudamericano de Estudios de Resiliencia y Sustentabilidad (SARAS), en Maldonado, Uruguay. “Si no se adoptan medidas de mitigación, la transformación va a ser rápida y marcada”, sostuvo Sala.
El cambio tendrá enormes consecuencias para los seres humanos que dependen de los servicios que proveen los ecosistemas. Por un lado disminuirá la producción de madera pero por el otro aumentará la capacidad de producción de carne, enfatizó el profesor titular Julie A. Wrigley en la Universidad del Estado de Arizona, en Estados Unidos.
Talando los bosques
Detalles de esas transiciones fueron publicadas en una serie de trabajos en la revista británica Journal of Ecology. El proceso está dinamizado por los propios dueños de las tierras, quienes, en muchos casos, talan bosques para convertir el territorio en pasturas que puedan proveer forraje y mantener una actividad pecuaria rentable.
“En América Latina, el ritmo de deforestación es el más importante del mundo”, advirtió Sala, quien también integra la Academia Nacional de Ciencias Físicas y Naturales de Argentina.
Sin embargo, señaló el investigador, también existen zonas donde se produce la transición inversa: los pastizales se transforman en bosques, un proceso conocido como “arbustización” y que no depende sólo de la actividad del hombre. El fenómeno tiene impacto sobre los ecosistemas y la economía. En un estudio reciente publicado en la revista de la Academia de Ciencias de Estados Unidos (PNAS), Sala y sus colegas del SARAS utilizaron censos agropecuarios e imágenes satelitales para calcular que por cada 1% de aumento de la cobertura por árboles disminuye entre 0,6 y 1,6 la cantidad de vacas reproductoras por metro cuadrado.
Los cambios de bosque a pastizales y viceversa han recibido cada vez más atención en la literatura científica durante las dos últimas décadas debido a su extensión global y al impacto en el funcionamiento de los ecosistemas, dijo Sala. “Nuestro objetivo es estudiar las transiciones y sus consecuencias en los ecosistemas y compartir la evidencia científica que reunimos con los diferentes actores de la sociedad para establecer caminos que nos conduzcan a una relación sustentable con la naturaleza sin la cual no podríamos subsistir”, añadió.
El SARAS
El Instituto SARAS es una iniciativa colectiva de la Universidad de Wageningen (Holanda), la Universidad de la República de Uruguay, la Alianza de Resiliencia (Resilience Alliance), el Ministerio de Educación y Cultura de Uruguay y la Intendencia de Maldonado, en Uruguay. Asimismo, mantiene vínculos permanentes con el Instituto Beijer de Economía Ecológica (Suecia), el Centro de Resiliencia de Estocolmo (Suecia), la Universidad de Wisconsin (Estados Unidos), la Universidad del Estado de Arizona (Estados Unidos) y el Centro Nacional Patagónico (CENPAT) en Puerto Madryn, Argentina, entre otras instituciones.
Créditos: Dr. Osvaldo Sala.
El doctor en agronomía Osvaldo Sala, miembro electo de la Academia Americana de Ciencias y Artes e integrante del Instituto Sudamericano de Estudios de Resiliencia y Sustentabilidad (SARAS), en Maldonado, Uruguay.
Créditos: SARAS
El Instituto SARAS busca contribuir e influir en la nueva generación de investigadores y favorecer la emergencia de enfoques innovadores y creativos que puedan ser utilizados en estos contextos.
Tenemos por delante desafíos conceptuales que atañen al proceso creativo tanto en el arte como en la ciencia. Procesos intuitivos y analíticos de pensamiento, la formación de representaciones de fenómenos complejos, la creación de representaciones físicas de abstracciones, forman parte de los desafíos conceptuales de SARAS, los que involucran al proceso creativo, no solo en el arte o en la ciencia, sino en la colaboración e interacción de ambas.
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