Al presentar un extenso informe sobre la evolución del transporte público de pasajeros desde 2005 a la fecha, el edil frenteamplista Fermín de los Santos manifestó su deseo de “darle a la población información para que pueda defender este derecho ya adquirido”. Al inicio de su alocución, presentada el martes 11, el legislador consideró que “un sistema de transporte público debe tender a asegurar el traslado de la mayor cantidad de población: trabajadores, estudiantes, usuarios de los sistemas de salud y viajes de recreación familiar o turística, a un costo razonablemente bajo, en buenas condiciones de seguridad, garantizando el derecho básico de todos los ciudadanos de participar en las distintas actividades de la sociedad, en condiciones de igualdad y de acuerdo a sus necesidades, en todo el territorio”.
De los Santos historió la evolución del sistema y destacó sus avances en los últimos años. Según señaló, en 2005 el gobierno departamental desconocía los “elementos esenciales” necesarios para la regulación del servicio, al punto que no sabía “la cantidad de boletos que cada empresa o el conjunto del sistema vendía”.
“La información estaba recopilada parcialmente, pero no se usaba y no había elementos para asegurar la confiabilidad de los datos que se tenían. No se sabía de dónde salía, por lo tanto, el valor de la tarifa” que “se fijaba contemplando las demandas de las empresas que, en general, no tenían una buena fundamentación tampoco para sus solicitudes”, explicó. “La flota, que había tenido algún nivel de renovación en el inicio de la década del 90, había tenido luego un freno. Estaba envejecida, era físicamente insegura, existía un costo de mantenimiento muy alto y, aun así, las horas fuera de servicio eran importantes. Por tanto, había un doble costo de la reparación y repuestos y el del ómnibus parado para arreglos”, indicó.
Edad promedio
El edil dijo que “la sensación de la población era que los ómnibus no eran confiables porque podían romperse en cualquier momento. La edad promedio de la flota superaba los 22 años y había algunos ómnibus circulando con más de cincuenta años en servicio. Consecuentemente, por razones de tarifa, por razones de escasos servicios y por razones de no confiabilidad, proliferaban diversos transportes irregulares, incontrolables y en condiciones de seguridad malas o pésimas”.
“Las empresas no tenían ningún tipo de contrato entre ellas. El tipo de trabajo que se hacía con ellas desde la Intendencia era individual, sin una estrategia política de transporte por parte del gobierno, por lo que al final la relación entre el regulador y los regulados se limitaba a escuchar y tratar de contemplar los reclamos, justos o no, de los regulados. A los trabajadores del transporte no se les recibía por parte del Gobierno, no existía con ellos ningún tipo de comunicación en lo que parecería ser una concepción de eventuales conflictos de intereses entre empresas y sus empleados no concernían a la Intendencia que, sin embargo, es la responsable de los servicios ante la población. El ambiente reinante entre las empresas y hasta entre trabajadores de distintas empresas era de franco enfrentamiento, hostil, disfrazado de una sana competencia”, afirmó. “Generalmente el que resultaba perjudicado al final era el pasajero. Lo único por lo que la Intendencia se preocupaba era por el control de minutas y, como única respuesta, se aplicaban multas en una forma que resultaba, además, de dudosa equidad”, agregó.
“Caótica”
De los Santos dijo que años antes “se habían ensayado algunas medidas de forma muy tímida para favorecer a algunas franjas de pasajeros”. Por ejemplo, dijo que “en el 2003 se instauró un sistema de boletos gratuitos para estudiantes del primer ciclo de la enseñanza secundaria muy limitado y sin ninguna consideración a la situación económica familiar de quienes usufructuaban tal beneficio. También se instauró un sistema de combinaciones en el área de Maldonado, también limitado solo a determinadas líneas que no eran de amplio conocimiento público”. A continuación realizó una vasta exposición destinada a repasar todo lo que realizó el gobierno de su fuerza política desde 2005 en adelante, a pesar de que “por distintas razones y con heterogeneidades importantes” las empresas “estaban en una situación de deterioro económico-financiero y estructural notorio. Ninguna tenía entonces acceso a instituciones de crédito. Las empresas no eran confiables toda vez que quisieran comprar ómnibus nuevos, por ejemplo”, señaló.
“La situación existente en el 2005 se puede calificar como caótica desde el punto de vista de las políticas de gobierno, prescindentes en cuanto a los problemas de los servicios, desconocedoras de las necesidades de los usuarios; las empresas estaban casi en bancarrota económica, con mucha desorganización y falta de salidas, era un sistema caro y poco confiable, con escasez de servicios para los usuarios, que no funcionaba, que no cumplía con sus fines, en una situación de casi colapso en algunas de las empresas que prestaban estos servicios”. Por entonces, había “103 ómnibus en circulación para 23 líneas en todo el departamento”.
De los Santos dio cuenta luego del “Proceso de cambios entre el año 2005 y 2015” en lo que se extendió largamente. Recordó algunos de los “grandes lineamientos de trabajo” y dijo que se analizaron “las posibilidades de extender los beneficios que ya existían de boletos gratuitos de estudiantes y de combinaciones entre todas las líneas de todas las empresas”. También se analizó el estado de las flotas de las empresas y se comenzó “a armar un mecanismo de relacionamiento con todas las empresas y los trabajadores, para el análisis de las políticas a aplicar en esos años”. También se resolvieron deudas y se realizaron muchas mejoras en diversos sentidos, aseguró. “Simultáneamente se estableció un sistema de combinaciones universales entre todas las líneas de todas las empresas de forma que con un boleto solo se pudiera ir a cualquier parte del departamento”, añadió. Asimismo, recordó que se incorporó tecnología en las unidades y destacó que “en 2008 toda la flota de Maldonado comenzó a funcionar con venta computarizada de boletos y control por GPS, lo que permitía contar con una información más detallada sobre demanda, recorridos y cumplimiento de minutas y servicios”.
Profundizar
De los Santos se vio obligado a recortar varias páginas de su exposición para “redondear” su idea, a pedido de la presidencia del cuerpo. Finalmente, dijo que su mensaje final era “que este sistema de transporte debe ser profundizado para que cada vez sea mejor para los miles de usuarios de todo el departamento. Se debe continuar trabajando con las empresas y con los trabajadores para seguir avanzando en un sistema de transporte público que contemple las necesidades de un departamento que crece en forma continua; también mantener el subsidio del boleto, ir analizando nuevas líneas que vayan cubriendo las nuevas necesidades que se plantean, analizar junto con los Municipios correspondientes esas nuevas necesidades o las modificaciones que se requieran para que en las ciudades los servicios cubran las necesidades de la población”, indicó.