La inauguración de la novena temporada de avistaje de ballenas, realizada oficialmente en Piriápolis y Punta del Este sobre fines de la semana pasada, coincidió con el arribo de numerosos ejemplares de ballena franca a la bahía de Maldonado. El clima agradable y soleado propició que mucho público se volcara a la playa a contemplar los retozos de los animales, pero un molesto episodio generó la indignación general. Como suele suceder, gracias a la falta de controles, hubo quienes se acercaron peligrosamente a bordo de diversas embarcaciones y molestaron sus evoluciones.
Cuando se hablaba de la construcción de un puerto de yates en Piedras del Chileno, los conocedores del tema habían dicho que los cetáceos eran animales “sociables” que toleraban la presencia de cercana de embarcaciones. Sin embargo, no es lo mismo un barco que pasa a cien metros que otro que se coloca prácticamente encima del animal. De hecho, está prohibido hacerlo, pero no hay nadie que controle la situación.
Las ballenas llegan a la zona cada vez en mayor número. Suelen aparecer en agosto y permanecen hasta octubre para aparearse u amamantar a sus crías. Rodrigo García, titular de la OCC (Organización para la Conservación de Cetáceos) afirmó ayer a FM Gente que “hay que salir a buscar” las ballenas “en embarcaciones, con la preparación y los servicios correspondientes”. Asimismo, destacó que el tráfico marítimo causa gran impacto sobre la población de estos animales. “Somos la puerta de entrada a la hidrovía Paraná-Uruguay por lo cual el flujo en nuestras aguas es uno de los mayores impactos, y ha sido presentado un informe a las autoridades pensando en el santuario de ballenas. Debemos trabajar juntos para prevenir y minimizar impactos”, señaló.
Fuera de protocolo
Mientras tanto, la presencia de yates que molestaban a los animales este domingo causó gran fastidio entre el público que los observaba desde la playa. El director general de Turismo de la comuna, Horacio Díaz, dijo ayer a Radio Maldonado que quienes usaron las embarcaciones violaron flagrantemente las disposiciones al respecto.
Díaz destacó que “hacía tiempo” que no se veía a tantas ballenas juntas en la bahía y dijo que se apreciaban desde la Parada 22 hasta la 35 o 36. En cuanto a la conducta de quienes se acercaron demasiado para observarlas, estimó que “es un tema que hay que denunciar en toda su dimensión”, porque el avistaje cercano no solo pone “en riesgo la seguridad del animal”, sino también “en riesgo la vida humana”.
“Lo que tenemos que tener claro es que hay un protocolo de seguridad a nivel internacional que habla de las condiciones y de las características con que se debe navegar para hacer un avistamiento, pero también hay normas, nacionales y departamentales que obligan a las embarcaciones a mantener un determinado nivel de seguridad y fundamentalmente de precaución”, señaló.
El jerarca dijo que es la Prefectura la que tiene que controlar que todo se realice con normalidad y estimó que al autorizar la salida de una embarcación hay que “exigirle a los navegantes que cumplan con los protocolos de seguridad y las normas establecidas”. Por otra parte, recordó que seis de los municipios del departamento, entre José Ignacio y Solís están involucrados en el tema
Uruguay se presentará este año en la reunión de la Comisión Ballenera Internacional. Rodrigo García dijo que el país posee “uno de los siete santuarios de Latinoamérica y esto ayudará a fomentar el turismo de avistaje responsable”.
Correo de Punta del Este no pudo dialogar ayer con el prefecto de l puerto de Maldonado.
Foto: A. Pons