El denominado Proyecto Algas, cuyos resultados se presentaron ayer en el Latu, verificó la presencia de cianobacterias (bacterias que generan toxinas nocivas contra animales y humanos) en el Río de la Plata y el Uruguay. Estos microorganismos ponen en riesgo la calidad del agua potable y la condición del agua para baños y otros usos, aseguraron los técnicos. El estudio monitoreó seis puntos de los cursos de agua durante dos años: Salto, Fray Bentos, Carmelo, Colonia, Montevideo y Punta del Este.
El trabajo fue realizado conjuntamente por el Latu, el Instituto Clemente Estable y la Facultad de Ciencias. Según informó ayer el diario El País, que tuvo acceso al documento, la presencia de cianobacterias y algas permiten anticipar un futuro poco alentador si no se actúa al respecto.
Desde el año 2012 un equipo de 25 expertos monitoreó varias veces los cauces de los ríos. Eso le permitió afirmar que “en caso de ausencia de un plan de monitoreo y gestión” la contaminación del agua podría afectar seriamente el usufructo del recurso a nivel nacional.
Toxinas
“Las toxinas pueden afectar la salud de las personas expuestas a ellas y dañar los ecosistemas acuáticos. También propician el surgimiento de algas unicelulares que generen otras toxinas que alteran el sistema nervioso”, explicó el resumen del informe.
El estudio también afirmó que la formación de las floraciones algales nocivas es producto del exceso de nutrientes liberados hacia los cursos de agua desde las industrias, los establecimientos agronómicos y domésticos. Esta situación se ha cuestionado y advertido desde hace varios años.
“A partir de la década pasada hubo un aumento productivo muy importante -agropecuario e industrial- y eso ha llevado a que los sistemas acuáticos se hayan visto afectados”, había dicho a El País el doctor Luis Aubriot, experto en Liminología de la Facultad de Ciencias. Aubriot también había advertido que la cosecha de soja está afectando directamente el monte ribereño. “Quieren plantar hasta las orillas del río. Están desmalezando mucho monte”, aseguró.
Precisamente, los montes funcionan como filtro de las aguas, por lo que la presencia de las cianobacterias fue más notoria en el litoral norte del país. Sin embargo, se detectó en las seis estaciones de monitoreo.
Mejores controles
Por otra parte, el matutino refirió que el Latu elaboró un nuevo protocolo para controlar más efectivamente los recursos hídricos y colaborar con los organismos estatales que adoptan la decisión.
“Luego de dos años de trabajo, se han cumplido los objetivos del proyecto al disponer de nuevas técnicas para la detección, el monitoreo y la predicción de floraciones de fitoplancton nocivo en dos de los principales cursos de agua del Uruguay (Río Uruguay y Río de la Plata, desde Salto a Punta del Este)”, aseguró el resumen. Esto “abre las puertas a nuevas perspectivas de mejora en la gestión de los riesgos por medio de metodologías demostradas científicamente y de fácil implementación”, agrega.
En el marco de este proyecto, se están desarrollando maestrías, doctorados y se presentaron varias publicaciones científicas relacionadas.
El Programa Medio Ambiente del Latu lleva adelante desde 2011 dos proyectos enfocados a generar herramientas para evaluar floraciones algales nocivas. El proyecto “Algas”, uno de ellos, inició en setiembre de 2012 e incorporó propuestas presentadas por investigadores de la Facultad de Ciencias y del Centro Universitario Regional Este y el Instituto Clemente Estable. El informe asegura que esto “aporta a la resolución de uno de los desafíos ambientales más importantes para el Uruguay en la actualidad: la conservación de la calidad de agua”.