Efectivos del Ministerio del Interior clausuraron ayer las aberturas de la casa abandonada que alguna vez había albergado a la Seccional Duodécima de La Barra y que últimamente había sido ocupada por malvivientes que se dedicaban a robar en la zona.
Tres efectivos de la Jefatura de Policía de Maldonado llegaron a primera hora de ayer en un camión de la repartición a la citada vivienda. Bajaron bloques, herramientas, cemento portland y otros implementos para clausurar las puertas y ventanas del abandonado edificio. Además, limpiaron el frente y cortaron el pasto y los yuyos que habían crecido con el correr del tiempo. Alrededor del mediodía de ayer jueves culminaron la tarea.
Los vecinos saludaron la iniciativa. “Es una muy buena reacción de las autoridades. El edificio estaba impresentable”, dijo uno de ellos vecinos. La propietaria argentina de una casa ubicada cruzando la calle aseguró que en la vivienda había gente desconocida viviendo. “Menos mal que taparon todo”, exclamó mientras se retiraba del lugar.
Según se sabe, la semana pasada el inmueble fue utilizado por delincuentes para guardar objetos que habían robado en una vivienda vecina.
Los vecinos también afirmaron no entender cómo una propiedad ubicada en pleno centro de La Barra no es usada por la Policía, aunque sea como vivienda de un funcionario con su familia.
Donación modal
La edificación de la antigua comisaría fue escriturada a favor del estado hace alrededor de 30 años. El expresidente de la Junta Local de San Carlos, Carlos Núñez Pallas, confirmó ayer a Correo de Punta del Este que su abuelo, Gregorio Nacianceno Pallas, fue quien donó la propiedad al estado para que La Barra contara con su comisaría o, en su defecto, una policlínica u otro servicio esencial para el poblado.
Aunque la voluntad de realizar la donación se remonta a varias décadas, fueron los hijos de Nacianceno quienes firmaron las escrituras tras culminar la dictadura. Núñez Pallas confirmó la versión de que la donación incluía una cláusula que impedía vender la propiedad. Esto explicaría por qué la casa quedó abandonada desde que se construyó la nueva comisaría.
No obstante, trascendió que autoridades del municipio carolino estudiarán la posibilidad de usufructuar el local en beneficio de la población del balneario e incluso la de enajenarlo. Aparentemente, al cabo de 30 años, todas las propiedades donadas al estado pueden ser vendidas.