Los precios en Punta del Este son el “tema obligado” en el inicio de la temporada para los argentinos que cruzan el río de la Plata. Un artículo del diario La Nación, publicado en la víspera, sostiene que los turistas constatan valores “insólitos” a la hora de consumir lo que fácilmente puede categorizarse como de bienes “de lujo”.
“La gente que viene acá tampoco come vidrio, Punta del Este es caro y siempre lo fue”, dice Marcela, de Pilar, que viene de vacaciones con su familia desde hace más de 30 años. Instalada en Manantiales, Marcela ya conoce todas las estrategias para que no le ‘arranquen la cabeza y este verano eligió aplicarlas al extremo”, coentó el artículo.
“Ya el año pasado notamos que los precios de algunas cosas eran insólitos. Por eso tomamos algunas precauciones. Trajimos en septiembre todo lo que es conservas y dejamos equipada nuestra casa”, comentó a La Nación. Pero dijo que cuando fue al supermercado para terminar de llenar su heladera con alimentos de los perecederos, se encontró con una enorme diferencia con respecto al año pasado. Incluso en un supermercado de San Carlos, “estratégicamente seleccionado porque, sin dudas, cuenta con mejores precios que los almacenes de Manantiales” tuvo que pagar US$ 400. “Solo fui a buscar algo de fiambre, frutas y otras cosas que no se pueden traer desde allá porque necesitan heladera, no lo podía creer”, agregó.
“Precios increíbles”
La Nación también entrevistó a dos señoras, Cristina y China, dos amigas que también veranean en la zona desde hace varias décadas. Las mujeres dijeron que, pese a que el cambio no favorece a los argentinos y los precios de algunos productos son “de lujo”, no encuentran significativas diferencias con los precios en la costa argentina e incluso con Buenos Aires. “Alquilar un departamento en Cariló es tan caro como acá. Y la carne está a precios increíbles pero son los mismos que en Buenos Aires”, aseguraron.
De todos modos, muchos turistas de la vecina orilla parecen coincidir en que “comer afuera es un lujo”. Por eso la costumbre ahora es organizar comidas en casas. “Hacemos reuniones y cocinamos todas las amigas, es barato y más divertido”, dijo una de las entrevistadas.
Por otra parte, una de ellas aseguró que se ven precios de delirio en ciertos lugares. “¡Un licuado en José Ignacio te puede costar 300 pesos (argentinos, unos $ 600 uruguayos)!”, exclamó escandalizada una rosarina, de 29 años.
La señora viajó con un grupo de amigas para pasar Año Nuevo y enganchar con el fin de semana largo antes de volver al trabajo. Consiguieron un alquiler relativamente accesible para compartir entre cinco y al igual que Marcela de Pilar trajeron las provisiones desde Rosario. “Bebidas y latas de conserva. Lo demás en el súper de Maldonado, porque en La Barra es imposible”, agregó.
Mientras las rosarinas gastaron 1.100 pesos argentinos, unos $ 2.000 uruguayos, en la compra semanal de productos no perecederos para cinco personas (fiambres, verduras y lácteos) en un mayorista, una pareja de porteños pagó $1.300 ($ 2.500 uruguayos) por una compra similar para dos en La Barra.
Otro “bien de lujo” es la nafta. “’Está tres veces más cara’, comentó Julieta mientras su marido asentía. ‘El problema es que en eso no se puede hacer mucho ahorro… Acá te movés en auto”, agregó.
“Imposible”
La nota siguió detallando otros precios que los turistas consideran de asalto. “Por una una hamburguesa completa se pueden pagar cerca de $100 ($ 200 uruguayos) y por una porción de rabas $135 ($ 250 uruguayos), por mencionar algunas de las típicas comidas que se consumen en vacaciones. Suponiendo que se pueden reducir las salidas a comer afuera y optar por los platos caseros, hay algo que parece ineludible en la Ibiza latinoamericana: salir de noche. Otro obstáculo para los bolsillos argentinos: ‘Un trago en Tequila te puede costar US$ 40. Es imposible’, comenta Luisina Bonsembiante, periodista, de 30, otra rosarina en Punta.
Y a la hora de analizar cómo festejar Año Nuevo el panorama se complica: ‘Las entradas a las fiestas son muy caras, rondan los 80 dólares, pero también queremos festejar…Todavía no lo decidimos. Pero Punta del Este da para quedarte dando vueltas, porque la fiesta está en la calle’, agrega Antonela Bertonati. Sus amigas coinciden: ‘Es caro Punta, pero te las podés arreglar para no gastar tanto. En la península los alquileres son mucho más baratos y siempre hay algunas opciones para reducir gastos. Las tarjetas de crédito tienen grandes descuentos, del 40% e incluso 50% que se pueden aprovechar'”, dijo la nota de La Nación.