
Al celebrarse este miércoles 19 el Día de la Trabajadora Doméstica, instituido como feriado pago, un informe elaborado por el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) reforzó el desafío de promover la reflexión sobre las condiciones sociolaborales del sector, de perfil preferentemente femenino.
El estudio indica que aún impera una gran desigualdad, pese a la total vigencia de la ley 18.065 de 2006 que protege a las asalariadas y habilitó su participación en el Consejo de Salarios.
El informe de Inmujeres, del Ministerio de Desarrollo Social (Mides), indica que la fecha expresa la lucha de las trabajadoras en reconocimiento al aporte del trabajo doméstico y enuncia el escaso valor social y jerarquización que tiene este tipo de empleo en la sociedad uruguaya.
Datos de la Encuesta de Hogares (EC) presentados por Inmujeres indican que el sector de las trabajadoras domésticas representa 6,1 % de las personas ocupadas en Uruguay, de las cuales siete de cada 10 realizan tareas domésticas, mientras que tres de cada 10 se decían al cuidado de niños, niñas o personas enfermas.
En el sector doméstico trabajan más de 100.000 mujeres, lo cual representan una ocupación femenina de 99,4 % del total de uruguayas.
El estudio añade que, si bien en 2006 se promulgó a impulso del entonces gobierno de Tabaré Vázquez (2005-2010) la ley 18.065 sobre “Trabajo Doméstico: Normas para su regulación” y los consejos de salarios donde participa el sector, lo que representó avances sustanciales, hay una brecha entre los derechos y su ejercicio efectivo en el ámbito laboral.
Inmujeres sostiene que el sueldo por hora de las trabajadoras domésticas y de cuidados es en promedio 40 pesos menos que el total de las mujeres ocupadas.
También el porcentaje de mujeres que aportan a la seguridad social es menor que para el total de ocupadas, siendo de 51,9 % para las domésticas y de cuidados y 75,6 % para el total de ocupadas, es decir 25 % menos para las mujeres ocupadas en el servicio doméstico.
En las regiones noreste y litoral oeste de Uruguay, donde el porcentaje de mujeres ocupadas en el sector es mayor, el salario promedio por hora y el porcentaje de aportantes a la seguridad social es menor.