
La Organización Mundial de Turismo celebrará hoy viernes su primer seminario dedicado a encontrar maneras de minimizar el impacto de la estacionalidad de la demanda que caracteriza a los balnearios como Punta del Este. La OMT eligió a la ciudad por su condición de miembro afiliado y por ser un ejemplo “modélico” a nivel global, dijo Yolanda Perdomo, directora de miembros afiliados de la OMT. “El seminario constituye el punto de partida del prototipo que vamos a instrumentar por primera vez a nivel internacional en Punta de Este. El mismo durará un año. Con el aprendizaje y las conclusiones que vamos a concebir en el seminario instrumentaremos un ejercicio práctico que nos ayudará a generar productos y servicios que nos puedan traer clientes fuera de la temporada de verano”, explicó la ejecutiva española nacida en Islas Canarias. “¿Cuál es el objetivo de la OMT? La organización no está ni para hacer promociones, ni para generar productos. Estamos aquí porque buscamos generar una metodología que luego pueda ser replicada en otros destinos del mundo. En el Mediterráneo, en el Caribe, en Sudáfrica tiene el mismo problema”, explicó. “Buscamos un modelo de gobernanza de colaboración público-privada donde coexistan las administraciones en sus distintos niveles, más todo el sector privado trabajando a la par. Eso a veces es muy difícil de concretar. Acá no tenemos ese problema”, agregó. “Haber elegido a Punta del Este para este ejercicio no es algo baladí. Lo hicimos porque acá se dan todas las circunstancias perfectas para llevarlo a cabo. Todo es perfecto, nadie les tiene que dar lecciones de nada porque son los maestros”, graficó la ejecutiva de la OMT
-¿Cuál es la fortaleza de Punta del Este?
-La naturaleza en sí. Y su enclave, que aparte de ser precioso y estar muy cuidado, tiene muchísimo encanto. Hay muy pocos lugares del mundo que tengan esta línea de costa de playa que no ha sido invadida, un paseo marítimo que me parece un acierto. Está la carretera y del otro lado un campo precioso y cuidado, lo que se da muy poco. A nivel de arquitectura se ha construido muy bien. Las torres están en el centro de cada predio. Hay residencias construidas en distintos momentos históricos del lugar. Hay casas de los años cuarenta, de los cincuenta y de los sesenta ya con su vegetación crecida. La gente es muy educada y todo está muy cuidado.
-¿Hay otras fortalezas?
-Tienen la marca, que es lo más difícil de conseguir, tienen un pedazo de marca súper bien posicionada que tiene muy poca gente. Solamente es cuestión de tener a los actores necesarios para hacer una vuelta de tuerca. Tienen que ser un poco innovadores en el concepto.
-¿La marca Punta del Este todavía no alcanzó su mayor potencialidad?
-Está perfectamente hecha. Lo han hecho muy bien. No tocaría nada porque tú dices Punta del Este en cualquier lugar del mundo y la gente reacciona enseguida aunque no sepa muy bien que hay quienes no hayan venido. Quizás tienen otra percepción. De todas formas les parece top, muy bien posicionada y un sitio aspiracional. Es algo fenomenal que se hizo muy bien. No hay nada que decir. Lo único que queremos con este ejercicio es conseguir turistas para todo el año. En verano Punta del Este no necesita que alguien lo haga mejor. Lo han hecho fundamental. Buscamos hacer un ejercicio creativo que genere un hilo conductor para comunicar. Si no lo tenemos es muy difícil cambiar la percepción de un consumidor que ve a Punta del Este solo para Punta del Este. Ahí es donde tenemos que innovar, ser un poco osados.
-¿Osados? ¿En qué sentido?
– Conceptualmente. La innovación es algo que no se ha hecho nunca. Lo otro es mejorar lo que se ha hecho. El prototipo está para innovar.
-Como hizo Bilbao cuando impulsó la apertura del museo Guggenheim
-Hay que ser rompedores en la generación de productos y servicios. Hay que vincular a un nuevo consumidor ansioso de vivir experiencias diferentes. Pero, ¿Cómo haces eso si todo el mundo ha estado en muchos sitios? Cierto perfil de consumidor recorrió todo el mundo y la solución pasa por qué más le puedes ofrecer. El verdadero reto no es el viaje externo. Es el viaje interno, el que vamos a proponer. Solo que tendrá lugar en Punta del Este. Va a conllevar una experiencia de transformación interna.
-¿Por qué Punta del Este?
-Aquí se dan unas circunstancias de una energía un poco peculiar. Una naturaleza que te hace sentir muy bien. Eso es lo que queremos transmitir. Al final lo que le importa a la gente es la búsqueda de la felicidad. Ahí es donde hay que incidir. Para eso hay que hacer un trabajo donde todos los que se sumen lo hagan en el mismo tono y con el mismo hilo de comunicación. Que se haga con los mismos criterios.
-Punta del Este es una marca sofisticada. Pero también sale a ofrecer descuentos y precios bajos. Se habla que el balneario es caro.
-Es cada empresario quien tiene que definir ese tema. Nadie mejor que ellos sabe qué se debe hacer. En este aspecto no tengo nada que decir. Cada uno tiene sus costos y tiene que tener su retorno. No creo que eso haya afectado para algo a la marca Punta del Este, no es mi percepción. Solo digo que si queremos ir más allá del verano puro, que es algo muy difícil a tal extremo que nadie en el mundo tiene la receta, hay que ir más allá. Hay que mirar cuál es la tendencia. Y ser generador de tendencias. Punta del Este siempre lo ha sido. Siempre fue líder y generó tendencias.
-¿Cuáles son las debilidades de Punta del Este?
-Sus debilidades derivan de sus fortalezas, de tener un verano tan maravilloso y de tener un cliente tan fantástico. Que Punta del Este no haya tenido que hacer nada más, más que ofrecer un alojamiento maravilloso, una playa fantástica y una oferta de ocio que es fenomenal. Como esto está tan bien quizás no han tenido que trabajar otro tipo de oferta gastronómica, una oferta de bienestar, una oferta cultural, con la diferente contemplación de los paisajes.
-¿Usted se refiere al concepto “experiencia de vida”?
-Efectivamente. Sobre todo que al cruzar entre sí todos estos nuevos elementos que acabo de mencionar se genera una oferta tan compleja que pueda darle lo que cada consumidor necesita en cualquier momento del año. Sea el fin de semana o la semana del año siempre ocurra algo que sea merecedor de venir a Punta del Este. Entonces los escandinavos vendrán por una razón, los canadienses por otro y los argentinos y brasileños seguirán viniendo como hasta ahora. Para que vengan hay que generar los ganchos, generar la oferta y luego concretar la comunicación. Este es el proyecto. Y al concretar la oferta la misma debe ser original.
-Punta del Este es un destino muy particular. Si uno observa la relación camas de propiedades con las de los hoteles se percata de eso.
-Hay mucho residencial y muy poco hotel. Eso me parece muy curioso. Hay aplicaciones móviles que comercializan el mercado residencial. La gente quiere ir a casas. Punta del Este tiene ahí una gran oportunidad porque hay una enorme y maravillosa oferta residencial de todo tipo. Me refiero a casas de todas las épocas, edificios, que se pueden comercializar y es lo que va buscando el nuevo consumidor en este nuevo cambio de paradigma.
-¿Hay otros aspectos en ese cambio de paradigma?
-Está la búsqueda de lo interior. Ahora se da en algunos sitios de forma tímida. En otros no, como el caso de los Estados Unidos con el veinte por ciento de su población de un cierto consumidor que busca eso. Ahí hay una oportunidad de negocios tremenda. El que dé primero, dará dos veces. Y yo creo que esto lo debería liderar Punta del Este.
-Ese cambio de paradigma coincide con un mal momento económico de los principales clientes de Punta del Este. ¿Cómo alguien puede acomodarse de cara a las nuevas realidades y no tocar la marca en medio de una crisis muy fuerte de su principal cliente?
-El solo hecho de tener la marca es algo maravilloso. Hemos visto como muchos destinos se pasan años tratando de armar su marca y no lo consiguen. Acá todo lo contrario. La marca Punta del Este no solo está muy bien posicionada. También se encuentra en muy alto nivel. Todo pasa, sencillamente, por cambiar la estrategia.