La empresaria, señalada como la culpable del ingreso del COVID-19 al país cuando comenzó la pandemia, difundió en los últimos días una carta que también hizo llegar a Correo de Punta del Este en la que da cuenta los días vividos desde ese momento: “Me trataron de genocida”, sostiene en uno de los párrafos.
Luego de realizar un viaje a Europa, Hontou volvió al país adonde fue a un casamiento con muchísimos invitados. El domingo 8 de marzo comenzó a sentir los primeros síntomas y el 13 de marzo le confirmaron que estaba contagiada de coronavirus.
“El 13 de marzo es y será un día que no olvidaré jamás en el resto de mi vida. Es el día donde todo lo que había construido se desmoronó. Lo primero que tengo para decir es que debo AGRADECER POR ESTAR VIVA, agradecer a mi familia, a mis amigos, y a mis hijos que fueron el sostén más grande, desde aquel 13 de marzo.
Cuando miro hacia atrás, me parece haber estado en una película de terror donde el planeta entero entró en una dolorosa crisis sanitaria, y todo el mundo se cerró. En el Uruguay me contagié del virus, me sentí morir varias veces, y aun con muchas secuelas pude superarlo, pero emocionalmente estoy muerta, y mi actividad laboral también.
Muchos dedos acusadores comenzaron a señalar sin saber que había ocurrido, y luego de comprobarse que el virus estaba en nuestro país antes de mi llegada, continuaron alimentando este disparate. Me trataron de genocida, de Nazi, de asesina y tantas cosas más que difícilmente pueda reproducir. Me denunciaron penalmente y fui sobreseída por falta de méritos. Hubo groseras mentiras, audios viralizados de personas que no son amigas, pero que saben quién soy, burdos montajes con videos truchos, acusaciones cobardes y algunos vivos que aprovecharon para hacer música o para inaugurar un nuevo deporte: el de pegarle a Carmela.
A la justicia
Es por ello que muchos de estos irresponsables, serán conducidos a la justicia, para que se retracten, pidan disculpas, reparen en parte los daños ocasionados y se lleven una buena lección de este verdadero caso de linchamiento público.
He aprendido mucho sobre mis compatriotas, hice nuevos amigos, muchos virtuales que fueron de vital apoyo en el día a día, y me tuve que armar de nuevo. A pesar de sentirme devastada, estoy volviendo a reconstruir mi actividad laboral que quedó destruida. A reconectar con mi esencia creativa, y en sanar primero para luego pensar en retomar mi vida. Pero antes debo seguir atravesando este dolor con cada citación judicial que debo hacer, cada conciliación que debo enviar, cada acción que los abogados realizan, vuelvo a caer en un pozo de angustia y soledad, vuelvo a enfermar y a tener que curarme, no imaginan los que jugaron ese siniestro deporte, el dolor que han causado.
Este es mi país, y desde acá deberé encontrar los mecanismos de sanación que me lleven a construir una nueva realidad, a volver desde mis propias cenizas, y como confío en la justicia de los hombres, tarde o temprano pondrá a cada uno en su lugar, y seguiré pidiendo a Dios, me saque de este largo túnel, y me de la paz y la claridad necesaria para enfrentar este tramo de mi vida.
El 13 de marzo será un día que no olvidaré en mi vida, créanme que hoy se me hizo muy largo, con tantas imágenes que aparecieron, tanto llanto y tanto dolor, pero el día se termina y mañana 14, Dios mediante, retomaré este largo camino de la sanación.
Carmela Hontou