
La justicia Penal de 4º Turno dispuso la condena de Álvaro Pascual Arias Maciel, poseedor de antecedentes penales, como autor penalmente responsable de un delito de rapiña especialmente agravado. Lo condenó a la pena de cuatro años y diez meses de penitenciaría, con descuento de la detención sufrida y le impuso la obligación de indemnizar al Estado los gastos de alimento, vestido y alojamiento durante su reclusión.
El pasado domingo fue cometida una rapiña en un almacén ubicado en la calle Mesina. El autor del hecho se llevó la suma de $U 2.000 y alimentos varios y se dio a la fuga con una mujer que lo aguardaba afuera en una moto.
A pocas cuadras del lugar la moto chocó con un automóvil que circulaba por la calle Carsin y el sujeto huyó abandonando a su cómplice femenina, que resultó condenada como coautora de rapiña especialmente agravada.
El hecho continuó siendo investigado por los efectivos del Distrito II, quienes determinaron la identidad del delincuente. Al día siguiente del hecho narrado, fue solicitada la presencia policial en la esquina de Granja de Ferreira y Herrera, barrio La Sonrisa, donde se había efectuado un arresto ciudadano. La Policía fue a la zona y encontró que Arias Maciel había sido detenido dentro de un domicilio mientras hurtaba una garrafa.
Otro
En tanto, el juez Penal de 2º Turno de San Carlos dispuso la condena de un hombre de iniciales L.A.M.F. de 19 años de edad, en calidad de autor de un delito de rapiña en grado de tentativa. Pasará 2 años recluido.
En horas de la tarde del pasado 23, la Policía fue alertada sobre un delito cometido en la calle Treinta y Tres, entre Ituzaingó y Carlos Cal, de la ciudad de San Carlos.
Dos hombres iban caminando por la calle cuando se les aproximó el ahora imputado, agredió con un golpe en la cabeza a uno de ellos y le hurtó del bolsillo de la campera, un teléfono celular.
El compañero se percata de lo sucedido e interviene en defensa de la víctima trabándose en lucha con el delincuente, a quien se le cayó, no solo el efecto que acababa de hurtar sino también su documento de identidad. Luego huyó velozmente del lugar.
Conociendo su identidad la Policía solo tuvo que buscarlo y encontrarlo -cosa que hizo tres días después- para mandarlo a la gayola, previo paso por el juzgado.