Maldonado pierde en el correr de estos días a dos docentes y artistas que aportaron a la cultura y educación a lo largo de décadas. Estamos hablando del Mtro. Ignacio Olmedo (1927-2021) y del Prof. Gabriel Di Leone (1951-2021). Ambos desde sus trincheras, produciendo desde las artes literarias y plásticas, y alentando a sus propios estudiantes a hacerlo desde la creatividad, la alegría y el entusiasmo.

Ignacio Olmedo

Héctor Ignacio Gonçalvez Olmedo provenía de Artigas, y se había afincado en Maldonado en 1954. Se desarrolló en las artes visuales siendo su obra cercana al constructivismo que se promovía desde el taller de Torres García siendo alumno de Alceu y Edgardo Ribeiro. Con el tiempo, dirigió su propio taller e integró la comisión directiva del Museo Mazzoni. Desde lo literario publicó: Yarao (1991), La venganza de la Diosma (2004), Verdes presencias (2010), La turca tatuada (2011), Fronteras (2013) y Verdes presencias (2015). El resto de su obra narrativa ha sido publicada en antologías o en publicaciones periódicas como Graffiti, La República, o el suplemento del Diario del Litoral (Santa Fe, Argentina). Trabajó cercano al Instituto de Formación Docente de Maldonado en la formación de maestros del departamento.

Carlos Peláez le dedicó estas palabras el día de su fallecimiento “Ignacio fue maestro, escritor, artista plástico. Pero antes fue un formidable ser humano, de lenguaje exquisito, gran contador de historias y absolutamente comprometido con los más necesitados. Era un placer encontrarlo caminando por las calles de la ciudad, recibir su apretón de manos cordial y su sonrisa amable siempre.Formó a varias generaciones, nos legó su arte y sus libros a todos.Maldonado no será igual sin él”.

Fernando Cairo también lamentó su fallecimiento y lo recordó así “falleció el maestro Ignacio Olmedo. Un excepcional vecino que se hizo fernandino. Culto, inteligente, sensible, fino observador, mordaz y combativo. Tuve la enorme fortuna de trabajar con él y compartir muchas horas fecundas en labores culturales honorarias. Me enriquecí enormemente de ese tiempo compartido”.

 

Gabriel Di Leone

Gabriel Di Leone, originario de Minas, fue escritor y profesor de letras. Se radicó en Maldonado en el año 1982 donde ejerció su profesión en Secundaria y donde también fue director de Patrimonio de la comuna entre 2005 y 2015. Su primer libro fue 27 de Moebius y la Capitana en 1994 y el último fue La edad de la indecencia, en 2018, ambos editados por Civiles Iletrados. Fue uno de los compiladores de La Ballena de Papel, antología de la poesía de Maldonado (2018). Además, publica en El Popular y la República (Cuentos del verano), en las revistas Graffiti, Asterisco y 100% Interés Público, Angustia oral, La Máquina del Desaburrir, PAC (Por amor a la camiseta), entre otros. Es cofundador de la asociación civil Civiles iletrados que alienta la producción literaria nacional.

El prólogo de su último libro reza: “Si el tema de la poesía sigue siendo la maravilla, la operación de Di Leone es ir en busca de ella en los sitios menos privilegiados: la resignificación como estrategia para tornar habitable el paisaje, para hacerlo respirable”.

Según palabras de Carlos Echeverry “vino en silencio desde los pagos de Juan J. Morosoli, sin currículum, sin padrinos, a buscar un lugarcito apenas. Lo conocí laburando en la Barraca Pagola, al fondo del fondo del barrio Perlita, colgando casi de la Cañada Aparicio, donde terminaba Maldonado. Entre otras cosas, nos aproximó la militancia política y los talleres literarios de Helena Corbellini. Allí notamos la dimensión de su mirada y su escritura, tanto en verso como en prosa, ingeniosa, original, provocadora, lúcida y valiente. Allí desplegaba sus doloridas alas y nosotros tratábamos de imitarlo, pero todavía pegados al suelo de la rutina y el sentido común. Mientras el pájaro volaba, nosotros atisbábamos el cielo apenas”.

Los que lo encontraron en el aula, coinciden en recordarlo como aquel profesor que ponía su ojo en cada uno, promovía otras maneras de considerar la vida a través de su asignatura, proponía el descubrimiento de autores locales y olvidados por los programas liceales, y también, de manera cómplice, aconsejaba y alentaba a todo aquel que se aventuraba en escribir e incursionar en el mundo de las letras.

En estos tiempos a menudo tan indiferentes, la palabra generosidad resalta en ambos y se hace eco al recordarlos en un día como hoy, cuando sus obras y trayectorias tan tangibles quedan para apreciarlas y difundirlas con los que vendrán. Y en esto no hay muerte que se resista.

Foto Olmedo: Marcelo Puglia 

Foto Di Leone: Participando en el documental sobre Manolo Lima 

Por Johanna Holt